La falta de examinadores de la DGT puede provocar el cierre de autoescuelas

Ante esta situación, la Asociación Nacional de Autoescuelas (ANAES) alerta del peligro de cierre de muchas pequeñas y medianas empresas del sector y denuncian que la falta de examinadores impide a muchos ciudadanos examinarse de las pruebas teóricas y prácticas de conducción en un plazo razonable de tiempo, con el perjuicio que eso supone para las autoescuelas.

«Es un problema estructural, contra el que llevamos luchando muchos años. La plantilla de funcionarios examinadores va reduciéndose cada año, debido a las bajas y a las jubilaciones y aunque la DGT convoca plazas cada año para incorporar nuevos examinadores, éstas no son suficientes para cubrir las necesidades del servicio, lo que nos afecta muy negativamente a las autoescuelas y a los ciudadanos», afirma Álvaro Llamas, presidente de ANAES.

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Es el caso de Valencia, que actualmente cuenta con una bolsa de 13.000 aspirantes a la espera de una fecha para examinarse del práctico de conducir y un promedio de tres meses de espera, o los 8.000 de Baleares, donde las horas extras realizadas por los funcionarios, no son suficientes para aligerar la lista de espera. Pero éstos son solo algunos ejemplos. En Córdoba, según denuncian desdela Asociación Nacional de Autoescuelas, la lista aumenta, dado que ni tan siquiera la Jefatura permite esas horas extras, que demandan los funcionarios y las autoescuelas para reducir la lista de espera, como se ha hecho en otras provincias andaluzas como Granada o Almería.

En Castellón, la lista es de 4.200 personas y en Cartagena, el colapso en las pruebas en su centro de exámenes ha afectado ya a 3.000 personas, lo mismo que en Lleida. En La Rioja o Cantabria son más de 2.000, los que esperan su cita y en Segovia o Ávila superan el millar de perjudicados. También denuncian desde ANAES la existencia de listas de espera en Madrid o Barcelona. en todos los casos los aspirantes esperan para poder realizar la prueba práctica de conducción en vías abiertas a la circulación, paso previo a obtener el ansiado permiso de conducir.

«El problema es que, hay pocos examinadores en cada provincia, y con eso no se cubren las necesidades del sector. Además, de los pocos que operan, éstos pasan a realizar tareas de administración en algunas provincias, porque tampoco hay administrativos suficientes en las jefaturas provinciales, con lo cual, el día que pasan a oficina, dejan de examinar a los aspirantes. Si a eso se le suma, que, en muchos centros de examen, las autoescuelas solo podemos presentar un número limitado de alumnos a las pruebas por día de examen, por el sistema CAPA y cómo mucho, en algunas provincias, nos dan uno o dos citas de examen por mes, la lista de espera de aspirantes a examinar se alarga hasta el infinito», sostiene el presidente.

«Aparte de los ciudadanos, los más perjudicados somos nosotros, porque es la autoescuela, que ante la situación se encuentra impotente, la que termina recibiendo la queja del ciudadano que no puede presentarse al examen en un plazo de tiempo razonable y que decide interrumpir su formación y retomar sus clases prácticas cuando tenga una fecha de examen adjudicada, lo que hace que vaya al examen menos preparado por ese corte en las prácticas que hace. Y sin prácticas, que es la principal fuente de ingreso de una autoescuela, nos condenan al cierre de negocio», continúa.

Ante esta situación, el sector de las autoescuelas ya ha realizado varias movilizaciones a lo largo de este año en diferentes provincias, a fin de que la administración solucione de forma definitiva el problema.

«Los parches que ofrece la Administración convocando plazas de interinos que no llegan a cubrir ni las tasas de reposición, u ofreciendo a la plantilla actual la posibilidad de realizar horas extras en algunos centros de examen, son insuficientes, porque realmente no está alcanzando para cubrir las necesidades del sector y de los ciudadanos, quienes están obligados a pagar por adelantado una tasa por un servicio, que pueden tardar en darle hasta seis meses.», concluye Llamas.

Desde la Administración, tanto el Ministerio de Interior como la propia Dirección General de Tráfico han destacado el refuerzo de personal que la DGT ha realizado para tratar de solucionar el problema. Para este año, se espera que 54 nuevos funcionarios entren en servicio para la campaña de verano, y pronto se aprobará una nueva convocatoria de 40 plazas de interinos por vacante. A eso, hay que sumarle el refuerzo de 17 examinadores itinerantes para toda España, que se desplazan a las jefaturas que tengan más problemas, para reforzar el servicio y la partida presupuestaria específica para que los funcionarios que lo deseen realicen horas extras, a fin de aligerar las listas de espera.

La DGT asegura que 2024 cerrará con una plantilla de 855 examinadores, la mayor cifra en 12 años. Pero, lo cierto, es que esas cifras quedan muy lejos de los 888 evaluadores con los que contaba el servicio en 2010. Además, desde marzo de 2019, cada examinador solo puede realizar 12 pruebas diarias, lo que supone unas 700 u 800 pruebas menos de las que se hacían anteriormente, el equivalente aproximado al trabajo de unos 70 funcionarios.

A juicio de la DGT, parte del problema radica en la falta de personal administrativo en las jefaturas y oficinas locales, algo que las autoescuelas llevan meses denunciando y que está llevando a los funcionarios examinadores a realizar otros trámites administrativos previos y de atención al cliente, imposibilitándoles realizar el servicio de supervisión y evaluación de las pruebas prácticas.

«Si conseguimos resolver el problema de la falta de administrativos los exámenes supondrán una mejora considerable, porque por falta de administrativos en alguna provincia hasta los examinadores tienen que hacer el trabajo administrativo previo para realizar las pruebas de examen», manifestó el director general de tráfico, Pere Navarro, ante la Comisión de Seguridad Vial del Congreso recientemente.