'Coda tronca', un elemento de competición que se convirtió en icono

Este elemento, llamado 'coda tronca' es una mejora aerodinámica sencilla de la que un joven diseñador italiano fue pionero en los años '60. Desde entonces, estará ligado a Alfa Romeo y ha dejado a un nombre inscrito, de manera indeleble, en la historia del automóvil: Ercole Spada.

1960 era una época emocionante para el automóvil. Un exsoldado de 22 años sin ningún tipo de educación formal había ido al taller de carrocería de Zagato al completar su instrucción militar. Consigo no trajo ni porfolio ni dibujos, pero cuando el mismo Elio Zagato le preguntó si tenía un carné de conducir y si sabía dibujar a escala completa, le contrató en el acto.

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«Mientras mis amigos estaban obsesionados viendo la revista Playboy, yo estaba absorto por las de coches», recordaba Spada al hablar de su primer empleo para la leyenda del automóvil italiano. Hasta ese momento, Zagato no había tenido un director de Diseño, los coches simplemente «ocurrían».

Su primer reto fue el de diseñar una carrocería para el Bristol 406S del piloto de automovilismo británico Tony Crook. Aunque algo estrecho y alto, fue una mejora al 406 que había diseñado el propio Zagato. El siguiente trabajo fue el del Aston Martin Zagato y, así, en menos de un año, Spada ya era el autor de dos modelos icónicos de los años '60.

Aunque de su lápiz han salido varios de los automóviles más bellos de la historia, Spada será recordado para la posteridad por la 'coda tronca'. Literalmente traducido como 'cola cortada', se trata de aplicar las teorías aerodinámicas de los años '30 del ingeniero alemán Wunibald Kamm.

El concepto es sencillo: cortar la parte posterior de un coche de forma vertical permite el paso del aire libremente, lo que reduce de una manera considerable su resistencia al viento y mejora los tiempos en los circuitos.

En resumen, Spada permitió que Aston Martin y Alfa Romeo pudieran volver a enfrentarse a los imbatibles Ferrari en las carreras. El Giulia TZ (Tubolare Zagato) debutó en el Autodromo di Monza en 1965, en donde ocupó las primeras cuatro posiciones.

El diseñador permanece junto a Zagato depurando sus teorías de diseño y competición hasta 1969, cuando cumple 30 años. Esos años también fue artífice de varios Lancia icónicos como el Flaminia o el Flavia. Posteriormente, es fichado por BMW como director de diseño, en donde fue responsable de las generaciones E32 del Serie 7 y E34 del Serie 5.

Spada caminó para que Alejandro Mesonero-Romanos corriera, y muchas de las líneas del nuevo 33 Stradale hacen eco de los bocetos que aquel joven italiano sin estudios plasmó a la realidad.