Alfa Romeo presenta el logotipo para celebrar su 115 aniversario

Se trata de un gesto simbólico pero potente para subrayar el vínculo profundo y visceral entre la marca y su apasionada afición «Alfisti», en una relación que no conoce límites geográficos ni temporales, sino que se nutre de una pasión común y de compartir los valores fundacionales de la marca.

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Juan Roig Valor

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Para su revelación al mundo, Alfa Romeo ha elegido un momento especial del año: en estos días, la marca y sus aficionados recuerdan la histórica victoria en la Mille Miglia de 1930 con Tazio Nuvolari y el debut del Quadrifoglio en la Targa Florio de 1923.

El logotipo del 115 aniversario celebra la herencia de Alfa Romeo, en un diseño contemporáneo que combina pasado, presente y futuro. La diagonal ascendente del número «115» simboliza el impulso y el afán de innovación, valores fundamentales arraigados en el ADN de la marca. El «5», punto central de la composición, está abrazado por el Biscione, emblema histórico e icónico de la marca utilizado aquí como elemento visual y simbólico para crear profundidad y sensación de tridimensionalidad.

El fuerte contraste entre el negro intenso de los números y el rojo Alfa evoca la identidad de la marca, definida por la pasión, la deportividad y el estilo italiano. La presencia del Biscione y la estructura gráfica rinden homenaje a los históricos logotipos de celebración de Alfa Romeo, reinterpretados en este caso según un enfoque minimalista y contemporáneo.

La elección de este día para presentar el nuevo logotipo conmemorativo no es casual. Este 115 aniversario coincide con dos episodios que encarnan el espíritu más auténtico de la marca y que han contribuido a esculpir la leyenda Alfa Romeo en el inconsciente colectivo. El primero se remonta a los días 12 y 13 de abril de 1930: la Mille Miglia, símbolo del automovilismo, fue testigo del triunfo del Alfa Romeo 6C 1750 Gran Sport nº 84, pilotado por Tazio Nuvolari y Giovanni Battista Guidotti.

Era la primera victoria del «Mantuano volador» en esta carrera, pero también la primera vez que se superaba el umbral de una velocidad media de 100 km/h en un recorrido tan largo y exigente. Una hazaña memorable que consagró la excelencia técnica de la marca y la tenacidad de sus principales nombres.

En aquella edición, Alfa Romeo dominó literalmente la escena, ocupando los cuatro primeros puestos de la clasificación. Sólo unos años antes, el 15 de abril de 1923, otro acontecimiento destinado a hacer historia vio la luz en la Targa Florio. Fue el día en que Ugo Sivocci ganó al volante del Alfa Romeo RL TF, que lucía por primera vez el símbolo Quadrifoglio en la carrocería. El pequeño emblema, creado como amuleto de la suerte, pronto se convirtió en un icono de la marca, vinculado a los automóviles de más altas prestaciones y a las hazañas más audaces que definieron el carácter de Alfa Romeo, encarnando para siempre los valores de velocidad y valentía inherentes a la marca.

El 115º aniversario adquiere un valor aún mayor dado que, en 2025, se entrelazan otras celebraciones de modelos significativos y logros deportivos fundamentales. Por ejemplo, hace justo 100 años el legendario Alfa Romeo GP Tipo P2 ganó el primer Campeonato Mundial de Automovilismo, afianzándose en las pistas internacionales gracias al genio del diseño de Vittorio Jano y al talento de los pilotos oficiales, entre ellos Antonio Ascari y Gastone Brilli-Peri, que lideraron una temporada épica que consolidó a la marca en la élite del automovilismo mundial.

Por no hablar de que este año también se celebra el 75º aniversario del debut en el Salón del Automóvil de París del 1900, el primer coche Alfa Romeo producido a gran escala, y la resonante victoria del Tipo 158 «Alfetta», coronado Campeón del Mundo en la temporada inaugural de Fórmula 1 y pilotado por Nino Farina, el primer campeón del mundo en la historia de la F1 y símbolo de la excelencia técnica y deportiva de la marca. Además, en 2025 también se celebra el debut en el Salón del Automóvil de Turín de 1955 del Giulietta Berlina, un modelo que aportó elegancia y dinamismo a la vida cotidiana de los italianos, seguido en 1965 por el Giulia Sprint GTA presentado en el Salón del Automóvil de Ámsterdam, un auténtico «monstruo sagrado» de las carreras que cosechó victorias en todo el mundo.

Por último, en 1975 el 33 TT 12 ganó el Campeonato del Mundo de Marcas y diez años más tarde debutó el Alfa 75, como último modelo Alfa Romeo de producción en serie construido sobre la plataforma Alfetta. En resumen, nos encontramos ante una serie de aniversarios que no es una mera coincidencia, sino una extraordinaria sincronía de la historia.

Cada fecha, cada coche, cada hito contribuye a trazar el perfil único de Alfa Romeo, una marca que durante 115 años no ha seguido el signo de los tiempos, sino que lo ha desafiado. Y ahora, más que nunca, mira hacia el futuro con la misma garra y pasión que la han convertido en un icono inflexible.