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El secreto de las gasolineras «low-cost» para ofrecer precios más bajos

Repostar en una gasolinera de marca consolidada en lugar de en una de bajo coste o «low-cost» puede suponer una diferencia de hasta veinte céntimos por litro

Vídeo: ¿En qué se diferencia una gasolina «premium» de una «low cost»? ABC Multimedia

S. M.

Repostar en una gasolinera de marca consolidada en lugar de en una de bajo coste o «low-cost» puede suponer un desembolso extra de hasta veinte céntimos por litro. Una diferencia importante cuyo origen no está en la materia prima, sino en los aditivos que las grandes petroleras deciden añadir para aumentar el rendimiento.

La composición de estas gasolinas ha sido alterada mediante la introducción de aditivos especiales . Estas sustancias añadidas a la gasolina tienen diferentes funciones, como lubricar, actuar como anticongelante o estabilizante. Antes de que la petrolera añada estos compuestos, las gasolinas son exactamente iguales. Esto se debe, a que todos los combustibles que se venden en estaciones de servicio españolas están obligadas a cumplir con unos mínimos de calidad, y proceden en su inmensa mayoría de la Compañía Logística de Hidrocarburos (CLH).

Esto garantiza que tanto los combustibles de bajo coste como los de marca cumplen unos requisitos idénticos que garantizan una calidad mínima, lo que no impide que las compañías consolidadas decidan añadir sus propios aditivos para mejorar su producto y diferenciarlo de su competencia. Cada petrolera tiene su formula , lo que les permite diferenciarse del resto. Los compuestos añadidos que llevan las gasolionas más caras, así como su proporción, las marcas los mantienen en el más riguroso secreto.

Otras diferencias tienen que ver con los menores costes de las gasolineras «low-cost», que tienen un menor número de empleados y no necesitan publicitarse. «El secreto es el menor margen de beneficio que pretendemos tener» explicaba recientemente Francisco Fernández , delegado de la zona centro de la marca Ballenoil. «También la infraestructura, al tener una persona solo eso nos ayuda», apuntaba. De igual modo, gran parte de las gasolineras «low-cost» están asociadas a supermercados, con lo que su bajo precio supone un gancho para que el cliente acuda tras hacer la compra en sus instalaciones, lo que sí ofrece un mayor margen de beneficio.

Diferencia a largo plazo

En el caso del gasóleo o diésel, lo que diferencia uno de otro es el número de cetano. Este índice está relacionado con el intervalo de encendido, es decir, el tiempo que transcurre entre la inyección del combustible y el comienzo de la combustión. Este número ha de ser superior a 46. Sin embargo, en España todos los gasoleos A superan el 51 y por lo tanto cualquier diesel es apto para todos los coches.

Ese número de cetato puede ser aún más alto. Cuanto más alto, más se retrasa la ignición del combustible provocando una mejora en la calidad de la combustión. De este modo, se reducen las emisiones contaminantes e incluso los ruidos y vibraciones del motor.

Por lo tanto el combustible conocido como «low-cost» mantiene una serie de propiedades mínimas (obligadas a nivel nacional y europeo) que aseguran su calidad. Eso sí, a largo plazo nuestro coche notará esa falta de aditivos y sustancias que sí están en el «premium». Podremos notarlo en la cámara, las toberas o el sistema de admisión ya que tanto la gasolina como el diésel los corroen y algunos de esos aditivos ayudan a evitarlo.

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