El error sobre las luces del coche que comete la mitad de los conductores

«Damos una baja importancia de la iluminación como elemento de seguridad del vehículo a nivel general», según Ignacio Lijarcio , director de proyectos de Fesvial. Un ejemplo: pese a que hace más de una década que no es obligatorio llevar luces de repuesto en el vehículo, el 50,5% de los conductores, especialmente mujeres y aquellos de más edad, piensan aún que puede ser motivo de sanción.

Casi la tercera parte de los conductores (27,6%) reconocen tener problemas de iluminación en su vehículo en circunstancias complicadas. El 4,2%, valoran la iluminación de su vehículo como deficiente. Además, Lijarcio destaca también la falta de conocimientos sobre las distintas tecnologías, a pesar de que el 82% de los encuestados admiten haber sufrido situaciones donde la iluminación deficiente les ha supuesto algún tipo de riesgo durante la conducción. Así, un 27,6% de los conductores desconocen incluso qué tipo de iluminación tiene su vehículo. De entre los que sí lo conocen, el 45,8% equipan luces halógenas -el sistema más añejo y también más ineficiente-, el 15,4% luces LED y algo menos, un 11%, luces cenón.

«La halógena es la tecnología más usada pero también la menos eficiente», explica Ana Martín , de Lumileds, marca comercial de Philips. En este sistema, una gran parte de la energía que consume se transforma en calor y poca en luz.

«El xenón, que llegó ya a finales del siglo XX, es mucho más eficiente. Pero su consumo de energía es mayor y requiere de más espacio en las ópticas porque necesita un sistema de regulación y de limpiafaros. Ahora los fabricantes buscan ópticas más finas y por ello el LED está entrando con muchísima fuerza en el mercado. Es sumamente versátil, se adapta bien, y es muchísimo más eficiente. Su consumo de energía es bajísimo. El 90% de la energía es empleada para dar luz. Y tiene una duración extrema», dice Martín.

La iluminación LED, equipada cada vez más por los vehículos nuevos, ofrece mayor intensidad lumínica que un halógeno y su vida útil es hasta diez veces mayor, mientras que su consumo energético es cinco veces inferior. Ahora bien, solo es posible montarlas en aquellos vehículos que las equipan de fábrica. Un «obstáculo normativo» que los fabricantes de sistemas de iluminación critican porque imposibilita la sustitución de un sistema por otro en los coches que ya circulan por las carreteras.