El coche de María Castro: «En estos momentos de mi vida prima el espacio y las emisiones»

No obstante, a pesar de haber dado vida a muchos personajes femeninos, confiesa que su mejor personaje es ser madre . Y es la realidad ya que tiene una hija de 4 años y está embarazada de nuevo. Una vida en la que el coche es fundamental en su día a día tanto para su trabajo: «Me da independencia y me permite llegar a millones de sitios que, por mi trabajo, me toca visitar»; como para su familia: «En un coche prima el espacio, y más en estos momentos de mi vida. Bueno y las emisiones, por supuesto», detalla la actriz gallega a este periódico, quien subraya que, «sobre todo si queremos que el chiringuito nos dure mucho tiempo» .

Todas estas características las ha encontrado en su compañero de aventuras por carretera actual, un Seat Ateca , con el que está, «y estamos muy felices, y con creces. Es perfecto para mi familia por su capacidad y comodidad para los trajines diarios con la familia como para carrear maletas y trastos en vacaciones, y que es un cochazo con todas las letras», subraya. Aunque hace un inciso para anunciar que está a punto de embarcarse «en la aventura del Tarraco» , el SUV grande de la marca de hasta 7 plazas perfecto para cuando hace falta todavía más habitabilidad.

Y de ser así, completaría casi toda la gama del fabricante español. Su primer coche fue un Seat Ibiza, un modelo que recuerda con «morriña» al igual que muchas de las vivencias en él: «Mis primeras canciones elegidas por mí, mis primeras confesiones con amigas, alguna que otra vuelta a casa al amanecer...», confiesa. Incluso su primer viaje largo tiene algo de especial. «Fue a Santiago desde Baiona para trabajar en la tele. A mí se me hizo largo (se ríe), y más teniendo en cuenta que hasta se me pinchó una rueda», explica.

La actriz considera que un coche dice mucho de su dueño. «Desde luego, en lo que al orden y limpieza se refiere nos da muchas pistas», aclara. También se define buena conductora, o al menos «prudente». «Ando con mil ojos, pero sintiéndome segura al volante». Aún así, cree que algo así «deberían decirlo otros», y asegura que no tiene preferencia por conducir o viajar como pasajera. Eso sí, siempre dependiendo «de quien vaya al volante, pero me adapto a todos los puestos. De hecho, soy una copiloto que confío porque, si no, ya no me subo», manifiesta entre risas.