Nissan Qashqai e-Power: solución intermedia al VE
El fabricante japonés ha optado por un motor híbrido de autonomía extendida que entrega 190 CV
Estocolmo
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Iniciar sesión¿Qué diseña una marca cuando descubre que el 80% de los dueños de híbridos enchufables no recarga su batería? Un híbrido. Pero, para Nissan, que quiere que la mitad de sus ventas sean eléctricas en 2030, es necesario acostumbrar al público a coches con ... este tipo de conducción.
Para ello, en vez de optar por un híbrido convencional, que es por lo que ha apostado toda la industria del automóvil, han elegido una solución menos ortodoxa: un híbrido de rango extendido. Este tipo de propulsión consiste en un motor eléctrico que impulsa las ruedas mientras que el térmico solo recarga la batería.
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En casa del fabricante japonés, esto se llama e-Power y presenta muchas ventajas frente a otros sistemas. En primer lugar, la respuesta de sus 190 CV es inmediata y lineal; los consumos son reducidos —está homologado en 5,3 litros por cada 100 kilómetros según el ciclo WLTP, pero en nuestra prueba conseguimos reducirlo a 4,4—, necesita una batería mucho menor que la de otros modelos.
Y, por supuesto, no se tiene que recargar. Además, en el caso del modelo al que han elegido asociarlo —llegará posteriormente al hermano mayor X-Trail—, se trata de uno de los grandes éxitos de ventas de Nissan: el SUV del segmento C Qashqai, que recibió una renovación en 2021.
En sus 15 años de vida, el Qashqai acumula 5,5 millones de unidades vendidas y 3 millones de las cuales solo en Europa. Por dentro, es exactamente igual que las versiones térmicas, salvo algunos motores de la electrificación —cuenta con el e-Pedal para poder frenar de forma automática al levantar el pie del acelerador—.
Nissan tiene una de las mejores conectividades del mercado y el Qashqai no es diferente. Además, cuenta con tres pantallas de más de 10 pulgadas para el cuadro de instrumentos, el sistema multimedia y un head-up-display que se proyecta en el parabrisas y da la información más importante.
La autonomía en el modo eléctrico está en torno a los tres kilómetros, pero el generoso depósito de 55 permite que ronde los 1.000 por visita a la gasolinera, gracias al frugal tricilíndrico que recarga la batería y actúa como inversor.
De hecho, de eso se trata el funcionamiento de la tecnología e-Power: si el motor necesita potencia extra más allá de la disponible en el acumulador, el motor térmico puede enviarla directamente al eléctrico para que siempre tenga suficiente. La conducción es silenciosa, sin vibraciones, pero en modo deportivo es los suficientemente ágil y divertido como para plantearse si de verdad es necesario mantener los consumos bajos.
Los pedidos ya están abiertos, con niveles de equipamiento N-Connecta, Tekna y Tekna+, que parten desde los 39.850 euros, sin contar con los planes de incentivos como el Moves III. Las primeras unidades llegan a los concesionarios a partir de septiembre.
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