Audi A1 Citycarver: más que un A1 en tacones

Juan Roig Valor

Madrid

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16/08/2022 a las 23:01h.

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La primera impresión que puede dar mirar al Citycarver por primera vez es que es prácticamente idéntico a su hermano, el A1 estándar y, por lo tanto, su propuesta de compra es difícil de entender. Pero hay que entender ciertas premisas para saber por qué en el ministerio que es el Grupo Volkswagen le dieron luz verde a los científicos locos de los cuatro aros para producirlo.

En primer lugar, identidad de marca. Algunos de los modelos más reconocibles de Audi son, curiosamente, algunos de los menos vendidos. La marca, conocida por sus rancheras 'Allroad' de altas prestaciones ha intentado emularla en otros segmentos, como el de los subcompactos en el que se enmarca el A1.

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Sin embargo, solo un 8% de las ventas de A6 llevan el apellido 'Allroad' y desde la marca estiman que un 5% de los compradores que vayan a por un A1 se acaben llevando un Citycarver. Es, lógicamente, más caro, pero ofrece algo único que su hermano menor no tiene: más potencia.

¿Por qué no llamarlo 'Allroad', entonces? Porque ya fue lo suficientemente difícil meter un motor más grande —es el único A1 disponible con un motor de 150 CV—, y la marca no pudo incorporar un sistema de tracción total Quattro en tan reducido paquete.

Pero es el propulsor lo que nos lleva al segundo punto: deportividad y sensaciones al volante. Audi se ha sumado a otras marcas que han decidido que el segmento de los superminis no tiene por qué ser aburrido —el Ford Fiesta Active es otro buen ejemplo— y aunar un motor potente con una batalla corta y poco peso siempre es una fórmula de éxito.

Así, el Citycarver se convierte en algo agresivo de una manera simpática, como un cachorro de Pit Bull. Sus 150 CV invitan a conducirlo siempre en el modo Sport, y la avaricia nos hace desear que más que 150 fueran 200 o que contase con un sistema híbrido para dotarle de empuje en las revoluciones más bajas.

Está disponible con un sistema automático de doble embrague, pero la mejor opción es el cambio manual que se siente directo y deportivo a la hora de cambiar de marchas. Además, sus 50 milímetros más de altura no se resienten con los baches, pues son lo bastante rígidos como para evitar bamboleos en curvas.

El interior es exactamente igual que el A1: el espacio para los dos ocupantes delanteros es adecuado, mientras que atrás es justo. Pueden ir tres personas pero es mejor que no, si van a hacerlo durante más de 15 minutos. El maletero es sorprendentemente grande, a incluso permite que la fila trasera se abata para expandirlo aún más.

El hecho de que sea un Audi lo distingue en el interior de sus competidores, que tienen unos acabados menos premium. El Citycarver, sin contar con el sistema MMI presente en otros modelos de más gama dentro de la marca es agradable al tacto gracias a los botones físicos y a la vista por sus pantallas digitales configurables.

Aunque vayan a vender menos Citicarvers que A1, este modelo tiene su razón de ser: tiene el motor adecuado y un diseño lo suficientemente atrevido como para hacer que la conducción diaria por la ciudad sea deseable en todo momento