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MINI Clubman: con todo el estilo de la marca pero con espacio para toda la familia

La unidad probada es un Cooper Dde 150 CV y con cambio automático de 8 velocidades, un modelo con un precio de 32.350 euros

Patxi Fernández

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Tras declararme «fan» de la firma británica desde mi infancia, he de confesar que me siguen gustando los Minis de nueva generación, pero los pequeñitos, los de dos puertas, con sus pros y sus contras. Así que mi contacto con esta versión «Clubman» no comenzó precisamente con una gran ilusión que sin duda se hubiera dejado notar durante la prueba si se tratase de la versión Coupé o incluso Cabrio . Algo positivo, porque desde un punto de vista más escéptico he de confesar que este modelo alargado, con cuatro puertas para los pasajeros y con dos portezuelas posteriores para acceder al maletero también acabó convenciéndome y, sobre todo, haciendo que disfrutase al volante.

La unidad probada es un Cooper D Clubman diésel de 150 CV y con cambio automático de 8 velocidades (desde 32.350 euros -precio tarifa sin descuentos ni promociones-). Un motor que probablemente no esté en la actualidad entre los preferidos de los compradores , pero que ha demostrado que, por mucho que algunos se empeñen en intentar demostrar lo contrario, este tipo de mecánicas son muy eficientes , poco contaminantes, e incluso divertidas. A las cifras me remito para demostrarlo: un consumo medio de 5,2 litros a los 100, una velocidad máxima de 212 km/h, 11 gramos de CO2 por kilómetro (ciclo NEDC), y una aceleración de 0 a 100 en 8,6 segundos. Y no, para los más incrédulos no es un motor ruidoso ni perezoso , más bien todo lo contrario.

Su conducción es ágil y suave y se puede moficiar al gusto mediante sus tres tipos de conducción: «Sport», «Normal» y «Eco». En este último, llaneando y levantando el pie del acelerador, se desconecta la transmisión con lo que conseguiremos un importante ahorro de gasolina, similar a lo que hacen algunos modelos Mild Hybrid , aunque nuestro Mini no lo sea.

En el apartado estético, pese a mis reticencias iniciales, hay que reconocer el buen trabajo de estilo realizado por los diseñadores para esta generación de 2019, ya que sobre todo la parte posterior es elegante y no recuerda a una «furgoneta» , como se podía llegar a pensar del modelo al que sustituye. Sigue manteniendo la «clase» de los Minis de toda la vida, y añade un punto de practicidad que podrá llegar a convencer a los aficionados de la marca que no se deciden a comprarlo por cuestiones de espacio y practicidad.

En las plazas delanteras no varía nada respecto al Mini «normal». Accedemos a un interior que demuestra que estamos ante un compacto de gama alta, con su salpicadero tan característico, con un gran reloj-pantalla central en el que accedemos al sistema multimedia y navegador, y u n reloj indicador de velocidad y revoluciones sobre el volante en el que persisten las reminiscencias al Mini original de los años 60, aunque en este caso completamente digitalizado. Sobre el volante, nos encontramos con una pantalla en la que se reflejan las indicaciones más importantes, como la del navegador GPS, velocidad y señales de tráfico, para que en ningún momento tengamos que apartar la vista de la carretera.

La gran ventaja respecto al Mini clásico de 3 puertas está en la parte posterior, ya que se puede acceder a las plazas traseras con gran comodidad, y una vez sentados, la mayor longitud del vehículo deja espacio suficiente para las piernas y para la cabeza. Mide 4.25 metros de largo, es decir, 27 cm más largo que un Mini de 5 puertas , y con una distancia entre ejes de 2.67 m que se aprovechan en el espacio disponible para los ocupantes.

Además, el acceso al maletero se hace a través de dos portezuelas de apertura automática, dejando una gran superficie lisa y con 360 litros de capacidad ampliables a 1.250 si abatimos los asientos posteriores. Un amplio espacio de fácil acceso ya que está a una altura cómoda, y no te molestarán portones ni marcos. Aunque si algo puede molestar de este tipo de portezuelas es, una vez cerradas y desde su interior, la reducida visión que notaremos a través del espejo retrovisor interior.

En resumen, es una opción muy racional para quienes quieran ser conductores habituales de un Mini sin sufrir las consecuencias de un tamaño reducido, y que tampoco buscan unise a la moda de un SUV . Quienes quieran acceder a la gama Clubman pueden hacerlo además del motor diésel de 150 CV que nosotros hemos probado, con mecánicas diésel y gasolina de 102 a 306 CV de potencia, con un precio de partida de 26.200 euros, aunque seguramente en el concesionario caigamos en la tentación de dotar a nuestro coche con alguno de los numerosos extras disponibles , con lo que no resultará extraño que el precio final se nos dispare más de lo que inicialmente nos podríamos plantear. Eso sí, cabe recordar que es un Mini.

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