BMW 118d Cabrio: fruta de temporada
¿Diésel y descapotable? Hace años chirriaba, pero a estas alturas no hay prejuicios que valgan: el pequeño de los BMW descapotables va de cine impulsado por un eficiente motor de gasóleo de 143 CV, sobre todo con cambio auto secuencial Steptronic. Su precio, 37.175 euros.
madrid Actualizado: GuardarQue los diésel casan bien con los sugerentes descapotables es algo que a estas alturas no debe extrañar. El avance tecnológico ha consagrado en los últimos años mecánicas de este tipo cada vez menos ruidosas y humeantes. Junto a ello, la abundante aplicación de material aislante y el encapsulamiento de las propias mecánicas permite que muchos no los distingan de sus equivalentes de gasolina, ni en frío y en vehículos abiertos, una vez oculta la capota.
En la oferta benjamín de BMW, la opción con el cielo por techo pasa por la Serie 1 Cabrio. ABC Motor ha probado uno de estos vehículos, en cocreto el turbodiésel 118d Cabrio con caja de cambios auto secuencial de 6 relaciones Steptronic, muy recomendable por suavidad y rapidez de movimientos, aunque conlleva un desembolso extra de 2.375 euros sobre la manual (con el mismo número de marchas) que el coche aporta de serie.
En detalle, las contenidas dimensiones (4,36 metros de longitud) del 118d Cabrio no permiten diabluras interiores, pero hay 2 amplias plazas delanteras y 2 traseras aptas para uso ocasional de adultos. El maletero, que excede de 300 litros, es adecuado para un equipaje normal y añade trampilla central abatible en el respaldo trasero, para introducir objetos como tablas de esquí.
Calidad y presentación son soberbias, incluida la terminación interior de la capota de lona, punto débil en algunos modelos equiparables que dejan a la vista herrajes. Otro tanto con la ergonomía al volante, aunque no es menos cierto que faltanhuecos para guardar objetos cotidianos, como una cartera o unas gafas de sol. El acceso a las plazas traseras es el habitual en esta clase de vehículos: no es fácil, pero tampoco dificultoso. Las butacas delanteras llevan un mando eléctrico para moverlas longitudinalmente, incluso desde atrás.
Una ventaja es la capacidad para poner o quitar el techo (de operación eléctrica pulsando un botón en el cuadro, sin tener que soltar ganchos internos, y con luneta posterior de vidrio y sistema de desempañado) hasta 40 km/h. Vistoso pero sobre todo práctico cuando, por ejemplo, empieza a chispear. Más: un derivabrisas opcional (371 euros) a instalar en el espacio posterior anula turbulencias en modo descapotado... y también las plazas traseras.
En lo dinámico el 118d Cabrio también sobresale. Se aprecia el esfuerzo de BMW en dotarlo de un chasis (son suspensiones independientes en ambos ejes) y un bastidor robustos que compensen la ausencia de una cobertura fija. Sobre firmes irregulares se aprecian vibraciones y algún leve crujido, pero no los movimientos de volante que acusan otros descapotables, ni en fuertes apoyos en tramos de curvas. Y su naturaleza de tracción trasera no depara sorpresas para el usuario medio, no sólo por lo equilibrado de sus pesos, sino por lo afinado del producto y la efectividad de la electrónica (controles de tracción y estabilidad DTC y DSC, ABS con asistente de emergencia y correcto...) de apoyo a la conducción incorporada de serie.
Sobre el motor, un 2 litros de 4 cilindros con alimentación common rail, sus 143 CV y 300 Nm de par máximo (constante entre 1.750 y 2.500 rpm) disponibles ofrecen un empuje progresivo y hasta contundente cuando se apura el acelerador. No es una mecánica deportiva (en la gama hay un 123d de 204 CV para esos menesteres), pero sí gratificante en términos generales para uso mixto ciudad/carretera. Por cierto, BMW anuncia 5,5 l/100 km para el 118d Cabrio automático, optimistas en la práctica (ABC Motor ha registrado alrededor de 7,5 en uso desenfadado), pero factibles si se conduce de forma moderada.
Un último apunte: la equipación de serie (climatizador de doble zona sensible a la incidencia solar y el modo descapotado, mando a distancia de cierre que permite quitar el techo a coche parado aunque no ponerlo, 6 airbag, dispositivo antihundimieno en caso de vuelco, llantas de 16 pulgadas...) es, a priori, adecuada para un producto que acaricia 40.000 euros. Pero ojo, desde el alumbrado de xenón al puerto auxiliar para iPod, el tapizado de cuero (con un tratamiento que evita parcialmente su calentamiento aparcando al sol), la alarma o el navegador van, junto a otros muchos, aparte.

