Lamborghini Revuelto: el futuro de Sant'Agata es el rayo

Esta, por supuesto, es la intención del equipo de diseño de la marca de Sant'Agata Bolognese, que sabe que gran parte del carácter aspiracional de sus vehículos se basa en un apelo emocional a la infancia, cuando se juega con sables láser y se tienen las formas futuristas de sus vehículos en pósters colgados en las paredes. Es una gran responsabilidad.

Y aunque las líneas son importantes -esenciales- para Lamborghini, no hay que olvidar que se trata de una marca de superdeportivos de lujo. Los números tienen que acompañar. Y en este caso, aunque estén publicados, son tan absurdos que parecen mentira, pero no lo son: el coche es capaz de alcanzar los 100 kilómetros por hora, desde parado, en 2,5 segundos. Y de llegar a los 200 en siete.

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A. Noguerol

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Tiene una velocidad máxima por encima de los 350 km/h -el fabricante se niega a publicar el dato exacto, porque sería admitir exponer a un humano a esas condiciones-. Pesa 1.772 kilos en seco (la masa total de un vehículo sin líquidos, pasajeros o carga), lo que le dota de una relación peso-potencia de 1,75 kg por CV, justo por debajo de las prestaciones de un Fórmula 1.

Si se hace un cálculo rápido, esto significa que el nuevo Lamborghini cuenta con 1.015 caballos que están preparados para catapultarte. Instantáneamente además, porque alrededor de un cuarto de ellos son eléctricos.

¿No lo habíamos mencionado? Sí, el Lamborghini Revuelto es un híbrido enchufable.

Sin embargo, no recibiría la etiqueta Eco de la DGT, porque solo es capaz de recorrer unos 10 kilómetros en modo cero emisiones. Aquí la electricidad tiene un único objetivo: hacer que vaya más rápido.

Más allá de estos números, que parecen mentira, el bramido del V12 atmosférico de 6.5 litros te recuerda que no, que se tratan de una realidad y que más te vale concentrarte si tu intención es salir de una pieza de la siguiente curva.

El Revuelto -más allá de un nombre debatible para los mercados hispanohablantes- es, además, una mirada al futuro de las altas prestaciones.

No solo porque se hayan desarrollado nuevos materiales para crear el habitáculo de fibra de carbono o porque cuente con un inteligente sistema de tracción a las cuatro ruedas que calcula, de manera anticipatoria, la potencia que tiene que mandar a cada una de ellas.

No. Lo es, sobre todo, porque demuestra que los coches así pueden existir más allá del póster en la pared de nuestra tierna infancia.