Prueba del nuevo Opel Corsa 2020: un maño muy dinámico

La sexta generación del modelo, que ya hemos podido probar, se ha ensamblado por primera vez sobre una plataforma de PSA, el grupo que adquirió la marca en 2017. Se trata de la CMP, la misma que el Peugeot 208, lo que permite ofrecer tanto motorizaciones térmicas como 100% eléctricas. Así, entre la paleta de propulsores diésel y gasolina, con potencias entre 75 y 130CV , se cuela también un eléctrico de 136CV que llegará al mercado en febrero . Los motores de combustión pueden ir asociados a una caja manual de cinco o seis velocidades, o a una automática de ocho, esta última una novedad en la gama del Corsa.

En nuestra prueba, hemos probado las dos últimas. La segunda, bastante eficaz, puede manejarse mediante unas pequeñas levas en el árbol de dirección; mientras que la primera, manual, ofrece unos desarrollos bien ajustados . La sexta marcha, no obstante, queda reservada a trayectos por vías rápidas en los que se busque mejorar el consumo. Al menos, en conjugación con el eqilibrado motor tricilíndrico 1.2 de 100CV, que por cierto, destacó por un buen rendimiento en las diversas situaciones de conducción. La variante 1.2 de 130CV ofrece un empuje extra muy bien recibido, pero que solo necesitará quién quiera disfrutar de un punto adicional de dinamismo.

Estructuralmente, se ha rebajado el centro de gravedad del coche, y también se ha aligerado -algunas versiones no llegan a los mil kilogramos de peso- lo que permite ofrecer un comportamiento muy dinámico, algo a lo que también contribuye una batalla 28 mm mayor . Contribuye también una suspensión firme, que sujeta muy bien en las curvas, y que no resulta, por lo general, incómoda. Un diseño mucho más estilizado -alejado de la silueta “huevo” de la generación anterior- permite, por otro lado, una mayor eficiencia, y un coeficiente aerodinámico de 0,29, obtenido, entre otra maneras, carenando los bajos, y mediante dos diseños distintos del spoiler trasero, en función del nivel de equipamiento.

A simple vista se percibe que el modelo es más largo , y también más bajo. De punta a punta crece hasta los 4,06 metros, quedando ya muy lejos los 3,62 del primer Corsa, allá por 1982. En cuanto a la altura, la silueta coupé resulta en una línea 48 milímetros más baja. Sin embargo, el espacio para la cabeza es mayor, unos 3 milímetros. Ya frente al volante, se nota cómo el conductor se sienta más bajo que en el modelo anterior, unos 28 milímetros. Destaca igualmente la ganancia en el maletero, que crece 24 litros, hasta 309 litros.

Todo ello, en un habitáculo mejor aislado acústicamente. En las plazas delanteras , la habitabilidad es buena para todo aquel que mida por debajo de 1,95. En las traseras, especialmente con el techo panorámico -visualmente muy atractivo- , que añade un pequeño resalto, la altura no es mucha, pero suficiente para una persona de estatura media. Eso sí, la quinta plaza, como era de esperar en un modelo de este segmento, es poco más que testimonial. En cuanto a calidades, el material predominante es el plástico duro, salvo en el salpicadero, si bien resulta agradable a la vista y bien ajustado al tacto.

El nuevo Corsa sobresale en el aspecto tecnológico. La estrella del equipamiento es el sistema opcional IntelliLUX de Opel de iluminación adaptativa, también por primera vez en la gama Corsa, que pudimos probar durante un test drive nocturno. En él demostró un buen funcionamiento y mucha practicidad, al evitar al conductor tener que alternar entre luces y cortas para evitar deslumbrar al resto de usuarios de la vía. Esta tecnología también computa como “eficiente en CO2” según la legislación comunitaria, lo que reduce hasta un 76% el consumo energético -respecto a unas halógenas- y ayudará a Opel a cumplir con los objetivos de emisiones que llegarán a partir del año que viene, al reducir las emisiones en 0,7 gramos de CO2/km.

Dos niveles de equipamiento, Corsa Elegance -enfocado en el confort- y GSLine (con un toque deportivo) formarán, junto con el de acceso Edition, el núcleo de la oferta de configuraciones. El GSLine cuenta con ajustes específicos en el chasis y un ajuste de la dirección más directo y deportivo. Asimismo, ofrece un selector de modos de conducción (Eco, Normal, Sport y Manual) que aporta variaciones sobre la dureza de la dirección -añade algo de peso en el modo Sport, que también supone incrementar varios decibelios el ruido del motor-.

En cuanto a la dirección, ahora equipa un motor eléctrico, que permite un recorrido más directo, y resulta precisa, si bien demasiado asistida. También se ha afinado el chasis para mejorar la estabilidad y los cambios de trazada , mientras que los ajustes en la suspensión permiten superar con desahogo los rotos del asfalto o los badenes. Durante nuestra prueba, resultó destacable el buen comportamiento dinámico de la estructura, sin inercias, que facilita una conducción ágil y sin sobresaltos.

Otras tecnologías que también debutan son el Control de Crucero Adaptativo, el Sistema Activo de Mantenimiento de Carril, la Frenada Autónoma de Emergencia y el detector de cansancio del conductor. Además, el nuevo Corsa puede equipar una cámara de 180 grados; y carga inalámbrica para teléfonos móviles. El sistema de infoentretenimiento con navegador Multimedia Navi Pro , visualizado a través de una pantalla de hasta 10 pulgadas, es además compatible con Apple CarPlay y Android Auto, y queda completado con el paquete de servicios conectados Opel Connect a través de la tarjeta SIM incorporada, para el obligatorio sistema de llamada automática en situaciones de emergencia.

También, en opción, están disponibles un sistema de climatización y la apertura tipo “sin llave”, además de un asistente de aparcamiento capaz de aparcar pulsando un botón (disponible a mediados de 2020) asientos de cuero con seis niveles de ajuste eléctrico.