Hazte premium Hazte premium

Mazda MX-30, de paseo con el eléctrico que no parece un eléctrico

La marca japonesa inicia la comercialización de su primer modelo impulsado por baterías en España, que ya hemos probado por las calles de Madrid

U. Mezcua

A Mazda le gusta hacer las cosas de forma diferente, y su primer eléctrico, el MX-30, ha supuesto una nueva ocasión para demostrarlo. Algo que hemos podido comprobar de primera mano, tras poder verlo en el pasado Salón de Tokio , conducir una unidad de preserie, y ahora, la versión definitiva por el centro y los alrededores de Madrid .

Una prueba en la que el MX-30 ha demostrado un comportamiento ágil, pero sobre todo confortable. Los ingenieros de Mazda han tratado de equiparar la experiencia de conducción a la de un modelo tradicional de combustión, sin querer sacar partido de las grandes aceleraciones que puede permitir un modelo impulsado por baterías, para ofrecer una conducción agradable pero sin sobresaltos ni brusquedades.

«Queríamos que se sintiera como un Mazda antes que como un eléctrico», aseguran desde la marca japonesa. Algo que no implica que no haya sensaciones bajo el pedal de aceleración: las hay, y son muy acordes con lo que podríamos encontrar en un motor atmosférico de 145CV , que es lo que rinde su propulsor síncrono. Y que además va complementado por un sonido generado electrónicamente muy muy similar al de un propulsor convencional, que se acompasa muy bien con las reacciones del motor y da una idea bastante correcta de lo que sucede durante la conducción.

Con la misma filosofía, los cuatro modos de retención de la frenada regenerativa -los eléctricos equipan este sistema para generar electricidad, que se almacena en la batería, al levantar el pie del acelerador- no son invasivos. Ni siquiera el más agresivo de los mismos llega a detener totalmente el vehículo, o lo hace de forma muy progresiva, sin llegar a encender las luces de frenado . Dos levas en la cólumna de dirección permiten alternar entre ellos, en función de las necesidades del conductor. Lo que no se puede modular es la respuesta del motor, puesto que Mazda ha optado por no incluir un selector de modos de conducción, como tampoco hace en sus vehículos térmicos.

En nuestro recorrido, de unos cincuenta kilómetros, obtuvimos un consumo medio de 19 kWh , justo lo que homologa el fabricante en ciclo WLTP. Cabe decir que se realizó durante un día de intenso calor, con 38 grados en el exterior y la climatización al máximo, lo que impacta notablemente en la autonomía de los vehículos eléctricos. En la misma, constatamos que la dirección es directa, la suspensión muy confortable y el tacto del freno -suele ser un hándicap para los vehículos eléctricos- bastante preciso, más de lo que nos pareció al probar el prototipo.

Enfocado como coche urbano, sus dimensiones le hacen bastante maniobrable en ciudad. Son prácticamente idénticas a las del CX-30 , salvo la altura, puesto que el MX-30 es dos centímetros más bajo que su hermano térmico. También varía el maletero, con 366 para el eléctrico frente a 430 del CX-30. Es, asimismo, bastante ligero para ser un eléctrico: apenas 1.720 kilogramos.

El carácter urbano entronca con su batería. De 35,5 kWh, permite recorrer, según la homologación, 260 kilómetros en ciudad (gracias a las frecuentes deceleraciones, que benefician a este tipo de vehículos), o poco más de 200 en ciclo combinado. Se queda, por tanto, lejos de los 449 kilómetros que, por ejemplo, puede alcanzar un Hyundai Kona con la batería de 64 kWh. Mazda da para ello tres argumentos . El primero es que va dirigido a un público que ya tiene uno, o incluso dos coches, y busca completar su garaje con una alternativa ecológica para desplazarse por ciudad. El segundo es que, según varios estudios (incluyendo una encuesta de Ipsos), la media diaria de kilómetros recorridos en coche en Europa se sitúa en torno a los 25 kilómetros, y el 72% de los europeos conduce menos de 50 kilómetros al día.

El tercer argumento es medioambiental. Producir una batería implica emitir mucho C02, lo que hace que la fabricación de un eléctrico sea mucho más contaminante que la de un modelo térmico. Ésta diferencia luego se compensa durante su vida útil, siempre que la recarga se haga con energía eléctrica. «Las baterías grandes requieren una gran cantidad de emisiones de C02, y esa cantidad nunca se llega a compensar», aseguran desde Mazda, especialmente si ésta se reemplaza a los ocho años (que es cuando acaba la garantía del fabricante en la inmensa mayoría de modelos).

Si, aún así, alguien desea emplear el MX-30 para desplazamientos de mayor duración, debe saber que Mazda trabaja en una versión de autonomía extendida , equipara con un motor rotativo -alimentado por gasolina o incluso por hidrógeno- que serviría como generador para el motor eléctrico, en un nuevo guiño a la historia de la marca. El chasis del vehículo ya está preparado par a recibirlo, aunque no está previsto que llegue al mercado hasta, como mínimo, 2022.

Este motor rotativo es otro de los guiños a la historia de la marca, que este año cumple cien años. Y ha querido hacer del MX-30 el modelo insignia de su centenario, dotándole de unos remates interiores en corcho, que cubre la cara interna de las sujecciones de las puertas o la bandeja inferior de la consola central. Y es que allá por 1920 la marca nació como productora de corcho sintético, aunque en el MX-30 este es natural, y procedente, para más señas, de Portugal. Al tacto nos ha parecido agradable y resistente, sin motivos para pensar que pueda envejecer mal. También hay materiales innovadores en las puertas -el panelado está hecho con un 20% de botellas de plástico recicladas- y la tela de los asientos emplea un 20% de fibra reciclada. Las pieles sintéticas, además, no han requerido de disolventes en su producción.

También miran al pasado, al emblemático RX-8, las puertas de apertura inversa FreeStyle. En el MX-30, que evidentemente carece de pilar B, tienen un ángulo de apertura de 90 grados -idéntico al de las puertas delanteras- lo que facilita mucho el acceso a las plazas traseras. Se puede, además, desplazar el asiento delantero y/o su respaldo mediante una botonera situada en el mismo. Para la apertura de la puerta trasera, eso sí, es necesario que la delantera también lo esté. Hecho esto, basta con accionar una bisagra, de aspecto muy resistente, situada en el marco de la puerta trasera.

Para la recarga de la batería, Mazda asegura que se requiere de 36 minutos para pasar del 20 al 80% en carga CA Modo 3 (semirrápida), o tres horas en una toma doméstica (4,5 horas de 0 a 100%). La marca ha llegado en España a un acuerdo con Iberdrola para la instalación gratuita de un punto de recarga en el domicilio, de 7,4 kW, y el estudio previo. Si el cliente contrata con Iberdrola el Plan Vehículo Eléctrico, el descuento es de 10% mensual sobre el consumo eléctrico y adicionalmente hay un descuento de 60€ a aplicar en la primera factura, o en la primera y sucesivas si el importe facturado no alcanzase los 60€. Este plan permite recargar a 3c€/kWh de 1 a 7 de la mañana y la energía sería 100% renovable certificada.

En cuanto a precios, el MX-30 está a la venta -aunque las primeras unidades no llegarán hasta otoño- desde 27.665 euros con los 5.500 euros del Plan Moves II aplicados, o 199 euros al mes con la FlexiOpción (el renting de Mazda con opción a cambio de vehículo a terminar el contrato) a 24 ó 48 meses.

Esta funcionalidad es sólo para suscriptores

Suscribete
Comentarios
0
Comparte esta noticia por correo electrónico

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Reporta un error en esta noticia

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Muchas gracias por tu participación