Clarity Fuell Cell, la apuesta de futuro de Honda

Según todos los estudios y pronósticos la pila de combustible alimentada por hidrógeno debería ser el combustible del futuro, pero se sigue encontrando con problemas de difícil solución si los estados no apoyan esta tecnología con las infraestructuras necesarias. Las llamadas hidrogeneras donde recargar este tipo de combustible que se comprime a 700 atmósferas no emplean más de cinco minutos en recargar un depósito con el que realizar alrededor de 500 kilómetros. Una ventaja, de momento, insalvable para los eléctricos puros cuya recarga, en el mejor de los casos, lleva un par de horas hasta el 80%.

Honda Clarity Fuell Cell

El nuevo Honda es producto de una evolución que empezó a finales de los ochenta y que tuvo su primera versión en 1998 con el V0, que era básicamente una planta química móvil y en 1999 con el FCX V1 y V2, dos modelos de aspecto convencional pero ya movidos por metano.

Ahora, las unidades presentadas y que hemos podido conducir por calles y carreteras de los alrededores de Copenhague son la última evolución de este proyecto, pero ya movidos por un hidrógeno que genera mediante una pila de combustible la electricidad necesaria para mover el coche.

Un coche con un diseño un tanto especial en el que prima el eficiencia por encima de todo y que ha llevado a los ingenieros y diseñadores del proyecto a tapar parte de las ruedas traseras y crear entradas de aire por todo el lateral que permitan un mejor flujo del aire y por tanto una mejor aerodinámica.

Además, y por primera vez, es el primer sedán (tampoco hay muchos) en el que cinco pasajeros, como pudimos comprobar, pueden acomodarse con el mismo confort que en una berlina de combustión aunque eso sí, el maletero debido al tamaño del depósito de hidrógeno -situado entre el maletero y el respaldo de los asientos traseros- es algo más pequeño comparado con berlinas de su tamaño -330 litros- para llevar el equipaje de esos cinco pasajeros.

Porque el Honda Clarity Fuell Cell es un coche grande de 4,91 metros de largo por 1,48m de alto y 1,87m de ancho.

Al volante

Lo primero que llama la atención al acercarse al Clarity Fuell Cell es el diseño exterior -moderno y algo futurista delante y con reminiscencias al último Civic detrás-, pero una vez al volante nos encontramos con un puesto de conducción convencional en el que únicamente notamos que el asiento no baja tanto como a algunos nos gustaría, aunque es cosa de acostumbrarse. Del resto de elementos todo corresponde con un coche al uso aunque sin la consabida palanca del cambio que ha sido sustituida por los mismos botones que lleva cualquier caja de cambios automática: P de parking, R de marcha atrás, N de neutro y D de conducir. Además, y como en otros modelos llega con climatizador, asientos calefactados y acabados en los que se mezclan con acierto -prácticamente todos a base de materiales reciclables- plásticos de buen gusto y tacto con maderas en algunas zonas del salpicadero y piel en unos asientos cómodos para viajar.

Por lo demás, conducir el Clarity Fuell Cell es tan sencillo como conducir un eléctrico de los que ya circulan por nuestras carreteras. El motor ofrece hasta 176 caballos y 300Nm de par con una aceleración de 0 a 100km/h en 9 segundos y una velocidad máxima limitada electrónicamente de 165 kilómetros por hora. Cifras más que suficientes para moverse por cualquier tipo de carretera. Además, aunque la suspensión es algo seca no es incómoda y en las curvas se tiene con decisión. Asimismo, la respuesta del acelerador es contundente y se agradece a la hora de adelantar.

650 kilómetros de autonomía

Aunque el Clarity Fuell Cell ha homologado alrededor de 650 kilómetros de autonomía en el ciclo NEDC, la realidad, como suele pasar en cualquier coche, es otra muy distinta aunque en este caso muy satisfactoria. Con un depósito de hidrógeno cargado a tope y realizando una recarga de prueba a medio camino –básicamente para ver cómo se realiza- pudimos realizar cerca de 150 kilómetros no llegando a consumir medio depósito. Es decir, si además, hubiésemos circulado con algo de cuidado – fuimos jugando con el cambio en la posición Sport, es relativamente fácil alcanzar los 400 kilómetros de autonomía. Una cifra muy positiva ya que todo lo que emite el coche es vapor de agua.

Leasing

Aunque en España será difícil hacerse con este Honda –no existen prácticamente puntos de recarga de hidrógeno- la marca nipona va a traer a Europa un número de coches –alrededor de 20 para Dinamarca, el Reino Unido y Alemania- para probar su eficacia en nuestro continente. Y aunque todavía no se ha determinado el coste, en Estados Unidos la marca lo arrienda en una suerte de Leasing con una entrada de 2.800 dólares y un pago mensual de 369 dólares a los que hay que añadir que la marca da 15.000 dólares en vales de hidrógeno y la posibilidad de alquilar un coche convencional en el caso de realizar un viaje largo por zonas donde la recarga es imposible.