Solo tres diputados tienen un coche eléctrico

La realidad es que, en 2024, su cuota de mercado es menor de lo que era el año pasado. Hasta julio, según los datos de la asociación nacional de fabricantes de automóviles (Anfac), se habían matriculado 69.807 coches eléctricos, un 1,8% menos que hace un año. En total, la cuota es del 9,4%, unas décimas porcentuales menos que entonces.

Noticia Relacionada

Adiós a la ansiedad de autonomía, un Mustang Mach-E bate el récord de distancia con una carga

Juan Roig Valor

Los ingleses Kevin Booker y Sam Clarke superaron los 916 kilómetros en carreteras públicas de Inglaterra para batir el Guiness

Además, los diputados no predican con el ejemplo: de los 350, solo tres cuentan con un modelo cero emisiones en su propiedad. Estos son Pedro Gallardo –portavoz de Agricultura del PP–, Pere Lluis Huguet –diputado por Tarragona del PP– y José Antonio Salas –diputado por Granada del PSOE–. Respectivamente, tienen un Hyundai Kona eléctrico, un Tesla Model Y y un Tesla Model S.

De estos, Gallardo es el único que estrena coche de los tres, pues no había declarado su Tesla el año pasado.

Una de las voces más críticas con el vehículo de combustión es la ministra de Transición Ecológica, Teresa Ribera, que pronunció en 2018 que «el diésel tiene los días contados». En 2023, la vicepresidenta tercera se hizo con un Renault Clio híbrido. Además, también mantiene sus otros vehículos anteriores, un Peugeot 5008 del 2011 y un 307 del 2007.

La marca más común entre los miembros del Congreso fue Volkswagen (13%), seguida de BMW (10,2%) y Mercedes-Benz (6,7%).

Esta información fue recopilada por la marca de motos eléctricas Velca a través del Portal de Transparencia, y quiso subrayar que, si pocos tienen un coche cero emisiones, ninguno de ellos tiene una moto con esta propulsión.

Según el comunicado del fabricante: «Aunque los diputados le dan la espalda a esta tecnología, no lo hacen a vehículos con un marcado componente lúdico, como las tres embarcaciones declaradas».

Velca achaca gran parte del problema de adopción de vehículos eléctricos a las «ineficiencias existentes en el plan Moves III», dado que los plazos de espera se pueden alargar más de 12 meses.