Volkswagen inicia la producción del ID.3 en la mayor fábrica de eléctricos de Europa

El ID.3 es la punta de lanza de la ambiciosa estrategia de electrificación de Volkswagen, presionada, como el resto de fabricantes, por los exigentes objetivos de emisiones que se deberán cumplir en Europa a partir del próximo año, pero lastrada además por el estigma del escándalo de emisiones Dieselgate.

Volkswagen invertirá 9.000 millones de euros hasta 2023 , y lanzará 20 modelos cien por cien eléctricos en los próximos años. En total, el conjunto del grupo prevé comercializar un total de 70 modelos alimentados únicamente mediante baterías a lo largo de la próxima década, a través de su marca homónima y de sus filiales Seat, Audi y Skoda. Precisamente en Zwickau será donde la marca española ensamble también su primer eléctrico, el-Born, a partir del año que viene. En total, la inversión total del grupo en electromovilidad rondará los 33.000 millones de euros en los próximos cuatro años.

"Todas las administraciones deben remar en la misma dirección", aseguró Merkel, que predijo que en 2030 habrá siete millones de coches eléctricos en Alemania. "Afrontaremos mejor este cambio con reglas claras y libre comercio", afirmó, al tiempo que insistió en la necesidad de incentivar la adquisición de los vehículos electrificados, cuyo precio de partida es superior al de un modelo de combustión, aunque se equipare a medida que se haga uso del mismo por el menor gasto en combustible y mantenimiento. "Queremos que el coche eléctrico sea popular, y para ello la gente debe poder permitirse comprar uno".

“El ID.3 hará accesible la electromovilidad a millones de personas y supondrá un hito para nuestro grupo ”, aseguró Diess durante la ceremonia, en la que también se distanció del hidrógeno al asegurar que el coche eléctrico "es una opción más rápida y barata" para reducir las emisiones del sector.

“Estamos iniciando un cambio sistémico en la industria del automóvil que durará una o dos décadas”, auguró por su parte Thomas Ulbrich, responsable de movilidad eléctrica de la marca. El inicio de la producción del ID.3 se ha escenificado, además, pocas horas antes de que el sector del automóvil alemán celebre una importante cumbre en Berlín, en la que Merkel insistirá en el compromiso del país con la movilidad electrificada. En un vídeo difundido el domingo, la canciller prometió un millón de puntos de recarga para eléctricos en 2030 , frente a los 20.000 existentes en la actualidad. Además, el país debate elevar las ya cuantiosas ayudas que ofrece por la adquisición de uno de estos vehículos.

El ID.3, cuya llegada, afirma Ulbrich “supone el anticipo de una nueva era, comparable al primer Beetle o al primer Golf”, no será el primer coche eléctrico de Volkswagen, un honor que corresponde al Golf City STROMer, ensamblado también en Zwickau en 1994, en una factoría muy cercana a la del icónico Trabant comunista. La diferencia, tanto con este modelo como con el e-Golf que comercializaba hasta ahora, es que Volkswagen quiere que el coche eléctrico deje de ser un producto de nicho y adquiera una “posición central” en el mercado.

Volkswagen espera comercializar unos 22 millones de vehículos eléctricos hasta 2028. Para hacerse con este nuevo mercado, el grupo ha desarrollado una plataforma específica para vehículos eléctricos, la MEB, que estrena el ID.3, y cuyo uso ha ofrecido a otros fabricantes automovilísticos para compartir costes. Al no ser empleada en vehículos con motor de combustión, permite ofrecer una mejor dinámica y habitabilidad -ya que prescinde de elementos como el túnel de transmisión, pudiendo ofrecer un piso totalmente plano-. Sin embargo, su gran ventaja es que, al ser equipada en un amplio rango de vehículos (Volkswagen prevé una familia entera de modelos ID, con berlinas y SUV que lanzará en los próximos años), incluso vehículos comerciales, generará “enormes” economías de escala que reducirán el, por ahora, elevado precio de los coches eléctricos.

Además, permite alojar baterías escalables, es decir, de diferentes tamaños, lo que facilitará asimismo que el cliente escoja si prefiere pagar más a cambio de más autonomía. El propio ID.3, cuyo precio partirá por debajo de los 30.000 euros en Alemania -una vez aplicadas las cuantiosas ayudas a la compra de coches ECO-, se comercializará en tres versiones: standard, con 45 kWh que permitirá recorrer unos 330 kilómetros con una carga; mediana, con 58 kWh y 420 kilómetros; y grande, con 77 kWh y 550 kilómetros. El modelo se comercializará a mediados de 2020, aunque ya está abierto el proceso de reserva de la serie de lanzamiento, denominada ID.3.1.

La producción del ID.3 será, además, neutra en emisiones de carbono , ya que el fabricante mejorará la eficiencia de las instalaciones y empleará energía renovable comprada a terceros -con acreditación-. Además, compensará, financiando proyectos de sostenibilidad medioambiental, aquellas emisiones que no pueda evitar. Para la reconversión total de la factoría, Volkswagen invertirá 1.200 millones de euros, en un proceso que se prolongará hasta mediados de 2020, cuando deje de producirse el Golf Variant de la generación actual.

El año que viene, Zwickau producirá unos 100.000 coches eléctricos. Será entonces la primera factoría del grupo en producir únicamente coches eléctricos, fabricando hasta seis modelos diferentes, de Volkswagen (tres modelos), Audi (dos) y Seat (uno). Seguirá poco después la transformación de las plantas de Emden y Hannover, también en Alemania, y después Dresde y Mlada Boléslav, en República Checa. Además, se están construyendo otras dos fábricas en Shanghai y Foshan, en China; y se reconvertirá la de Chattanooga, en Estados Unidos. La planta de la marca en Landaben, Navarra, pendiente de recibir un tercer modelo (de combustión) deberá esperar a una siguiente etapa. A partir de 2023, además, el grupo producirá sus propias baterías en Salzgitter , en una factoría de 16 gWh que en breve comenzará a construir con la sueca Northvolt. "Solo si controlamos toda la cadena de valor del vehículo seguiremos siendo un fabricante líder", enfatizó Diess.

La reconversión se hará sin que se destruyen puestos de trabajo, a pesar de que Diess había avisado de que la mayor simplicidad de los vehículos eléctricos (tienen, de media, un 30% menos de piezas) podría suponer un impacto en el empleo de las factorías. La marca ha firmado con los sindicatos que no habrá despidos, al menos, hasta 2029, y los 8.000 empleados actuales recibirán formación específica. De ellos, 1.500 cursarán además lo que la marca denomina un “permiso de alto voltaje” para poder trabajar con este tipo de sistemas. En este sentido, Volkswagen prevé incrementar la productividad de la factoría de 1.350 unidades al día a 1.500, hasta 330.000 vehículos al año cuando la reconversión haya terminado, gracias también a un mayor grado de digitalización y automatización del proceso de producción, empleando hasta 1.700 robots y unos 500 sistemas autónomos de transporte de mercancías.