El oasis de la automoción

Las empresas españolas que conformamos las redes de concesionarios hemos llevado a cabo durante estos meses un trabajo conjunto y coordinado con dos objetivos principales: mantener la calma y no destruir empleo. Apoyar la actividad de los servicios esenciales desde nuestros talleres, asegurar la liquidez de nuestras empresas a corto plazo, mantener todos y cada uno de nuestros puestos de trabajo, conseguir una apertura sanitariamente segura y emplearnos a fondo para movilizar a nuestros clientes desde el primer momento han sido nuestros pasos. En paralelo, el sector ha trabajado en un plan de choque para el automóvil cuyo resultado más visible ha sido el plan de renovación del parque que está resultando providencial. Es decir, las cosas se han hecho bien, y el resultado es que la automoción resurge y avanza con fuerza. Una vez más, somos el primer sector que da buenas noticias; ahí están los incontestables datos de matriculación de vehículos de julio.

Siendo la automoción tractora del resto de sectores económicos, en esta ocasión deberíamos influir de nuevo positivamente en la recuperación económica del país. El comprador de coches está yendo a los concesionarios, reconociendo el valor de la empresa española, de proximidad, que crea empleo de calidad y que además les da soluciones, de ahí nuestro crecimiento exponencial tras la reanudación de la actividad. También resurge el automóvil como lugar seguro, como continuación de nuestro hábitat personal en detrimento del transporte público y esa ventaja las tenemos que aprovechar y la vamos a aprovechar. Eso sí, debemos mantener la prudencia para consolidar los buenos de datos de julio y, especialmente, de cara al último tramo del año que seguro no será fácil.

Nuestro empresariado está mostrando liderazgo y compromiso, y las 161.500 personas que trabajan en las redes de concesionarios por todo nuestro país están batiéndose el cobre, cada día, para salir de la grave crisis en que nos encontramos. Mientras, tenemos la sensación de que los representantes políticos no terminan de conectar con la calle.

Empresas y trabajadores necesitamos aliados que empujen la actividad económica creadora de riqueza local, responsable, sostenible y social, donde el empleo es la pieza clave, empleo de calidad y con altos niveles de cualificación. Necesitamos que nos ayuden a la consecución de los fines últimos de la actividad económica: asegurar el bienestar de sus ciudadanos que no es otra cosa que el derecho a un trabajo, a una vivienda digna y asegurar su movilidad.

La automoción es hoy un oasis generador de impactos positivos en un contexto muy desfavorable para nuestro país. Seguiremos trabajando para que haya un efecto “contagio” en el resto de la economía y del empleo, pero necesitamos encontrar en nuestros representantes políticos un acelerador y no un freno, que sean conocedores de la realidad de sus votantes y también de los que no lo son, que trabajen con más eficacia y con menos focos, que ayuden, en definitiva, a resolver problemas para ser valorados por su gestión. Nadie entendería otra cosa en este momento.

* Gerardo Pérez es presidente de la federación de concesionarios Faconauto