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Bosch apuesta por el coche autónomo y prevé su uso comercial a partir de 2025

La compañía producirá sensores LiDAR, clave para los vehículos autoconducidos, pero descarta fabricar baterías para coches eléctricos por la elevada inversión requerida y su dudoso retorno

U. Mezcua

Bosch prevé el despegue a partir de está década del coche autónomo, y ha anunciado, en el marco de la feria tecnológica CES, una decisión que puede facilitar su adopción a mayor escala. El proveedor alemán, que basa el 60% de su negocio en el sector automovilístico , ha anunciado que comenzará a producir radares LiDAR, un sensor clave para los vehículos automatizados de nivel cuatro o superior, es decir, capaces de circular sin intervención humana.

Así lo ha confirmado Javier González Pareja, el presidente de la compañía en España y Portugal, en un encuentro con la prensa acompañado por Ricardo Olalla, vicepresidente de ventas Mobility Solutions para España y Portugal, y Raúl López Sobrino, responsable del proyecto neutralidad CO2 para Bosch.

Olalla estimó que el nivel cuatro podría estar operativo a mediados de la década en servicios de transporte automatizados. La compañía ya está probando un sistema de robo taxis con Daimler en Estados Unidos, y un servicio de aparcamiento automatizado en la ciudad alemana de Stuttgart.

Bosch, que ya fabrica radares, cámaras y sistemas de ultrasonidos , utilizará su experiencia en automoción para producir LiDAR especialmente diseñados para vehículos, en lugar de adaptaciones procedentes de tecnología aeroespacial. La llegada de Bosch a este mercado ayudará no solo a incrementar los volúmenes sino que también aliviará el precio de una tecnología por ahora muy cara, con un coste unitario de partida estimado en torno a los 10.000 euros. Un coste que, no obstante, se cifraba en torno a los 25.000 euros hace apenas tres ó cuatro años.

Los directivos de la compañía descartaron de nuevo que vayan a adentrarse en el negocio de la producción de baterías para coches eléctricos. Según precisaron, para lograr una cuota de mercado del 15% necesitarían una inversión cercana a los 20.000 millones de euros , cuando el retorno es aún incierto, especialmente si finalmente despegaran tecnologías alternativas como la pila de hidrógeno.

Aunque Bosch ya trabaja en la producción de motores y componentes para vehículos eléctricos, recordaron la necesidad de apostar por la «neutralidad tecnológica» por parte de las administraciones, así como considerar las emisiones de los vehículos no solo durante su uso sino también la producción energética, lo que se conoce como «del pozo a la rueda». Según las previsiones del sector, en 2025 solo el 25% de los vehículos nuevos serán eléctricos o enchufables, «por lo que hay que seguir mejorando el motor de combustión», apuntó González Pareja, quién también pidió valorar otras opciones como los combustibles sintéticos. Además, según sus previsiones, el motor de combustión aún tiene margen para incrementar un 15% su eficiencia sin ningún tipo de hibridación.

En 2018, el grupo presentó un sistema que permite reducir drásticamente las emisiones de los vehículos diésel , gracias, entre otros mecanismos, a la inyección doble de AdBlue (urea). Un sistema que, según precisaron, ya comienzan a equipar los vehículos nuevos que se comercializan en Europa. Igualmente el fabricante ha llegado a un acuerdo con el fabricante de camiones Nikola para suministrarle equipos basados en la pila de combustible, y ha desarrollado un sistema de hibridación ligera de 48 voltios.

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