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La automoción española se juega 5.600 millones con un Brexit duro

Una posible salida desordenada de la UE amenaza las ventas del sector que más exporta al Reino Unido

Vehículos de Citroën a la espera de ser embarcados en el puerto de Vigo EFE
Unai Mezcua

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El riesgo de que el próximo 31 de octubre se produzca un Brexit abrupto supone una seria amenaza para sector automovilístico español, que exportó el año pasado por valor de 5.635 millones de euros a Reino Unido . Fabricantes de vehículos y proveedores de componentes tienen poco que ganar y mucho que perder si finalmente el Ejecutivo británico no alcanza un acuerdo con Bruselas. Las patronales europeas y británicas, incluidas las españolas Anfac y Sernauto, alertaron esta semana de las consecuencias «catastróficas» de no lograr un entendimiento. Algo que causaría «miles de millones de euros de aranceles, que amenazarían con afectar a la competitividad y asequibilidad de la industria», encareciendo los vehículos y pudiendo causar interrupciones en las factorías.

El automóvil es el sector con más peso en las exportaciones españolas a Reino Unido. Supone algo más del 30% del total . El 79% procede de la venta de vehículos y el 20% restante de los componentes, según el ICEX. El año pasado, 287.422 vehículos, con un valor de 4.118 millones de euros, abandonaron nuestras fábricas con destino a los concesionarios británicos. A cambio, tan solo unos 80.000 coches «made in Britain» acabaron en nuestro país, con un valor conjunto de 1.486 millones de euros. El resultado es un saldo positivo para España de 2.632 millones en 2018 , pero que se ha ido recortando, por la reducción de las exportaciones, desde que el país celebrara el referéndum de salida, en 2016, cuando alcanzó 3.359 millones.

«Un Brexit sin acuerdo empeorará aún más este comercio y dañará toda la cadena de producción, en España y en Europa», asegura Mario Armero , vicepresidente ejecutivo de Anfac. España produce tres de los diez coches más vendidos en territorio británico: el Vauxhall Corsa, tercer modelo con más éxito -con 52.915 unidades en 2018; el Volkswagen Polo (sexto más vendido, con 45.149); y el Ford Kuga (noveno, con 40.398). Desde Reino Unido, el único que se cuela en la lista española de los más demandados es el Nissan Qashqai, tercero más vendido, con 31.275 unidades; seguido por el Toyota Auris, con 17.456.

Las tablas del ministerio de Comercio británico en caso de Brexit sin acuerdo contemplan unos aranceles del 10% para los turismos importados de la Unión Europea -lo que encarecería un vehículo medio hecho en la UE en unos 1.700 euros-, y del 22% para los vehículos comerciales. Según Anfac, un Brexit duro encarecería en 370 millones de euros el coste de exportar vehículos producidos en España. Cualquier aumento en precio tiene siempre afecta de forma notable a los productos de enfoque competitivo y bajo valor añadido, como los que se producen en nuestro país.

En marzo, la consultora Oliver Wyman calculaba un impacto de 886 millones de euros para la automoción española, el sector económico más perjudicado por el Brexit. Una suma equivalente al 4% de su valor añadido bruto, que actualmente asciende a 22.000 millones de euros. La mayor parte de los costes provendrán de la exportación de vehículos terminados. Entre ellos, 629 millones de euros por la venta de turismos y 161 millones por comerciales e industriales. Las regiones más afectadas serán la Comunidad Valenciana, Cataluña y Castilla y León, ya que del total de sus exportaciones el 21%, 11% y 12%, respectivamente, tiene como destino el Reino Unido, con especial riesgo para las factorías de Ford Almussafes y Seat Martorell.

Tampoco estará exenta de riesgos la industria española de componentes , que trabaja estrechamente con las factorías británicas y exportó a Reino Unido por valor de 1.517 millones de euros en 2018. El impacto potencial, según Oliver Wyman, para la industria española de componentes en caso de Brexit duro es de 79 millones de euros.

Planes de contingencia

A corto plazo, no tendría que afrontar aranceles para minimizar el impacto sobre las factorías británicas. Posiblemente, sí doce meses después del Brexit, cuando las tablas temporales del Gobierno británico -previstas para proteger sus sectores más vulnerables- fueran sustituidas por las de la Organización Mundial de Comercio. A partir de entonces, tendría que lidiar con una tarifa del 2 al 5%, si aún no hay un acuerdo comercial.

Desde el primer momento, no obstante, el sector, que opera bajo el principio «justo a tiempo» para que cada pieza llegue a la línea de montaje en el momento apropiado, notaría los controles fronterizos. Solo un minuto de interrupción de la producción en Reino Unido podría costar 54.700 euros. Por ello, prácticamente todos los fabricantes con presencia en Reino Unido, incluidos McLaren, Lotus o Aston Martin, han elaborado planes de contingencia, que contemplan acumular piezas para varios días, cerrar temporalmente o, como BMW/MINI, transportar componentes por vía aérea. También hay quién ha optado por abandonar el país, como Honda, que cerrará en 2021 su infrautilizada factoría en Swindon.

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