El coche volador, un paso más cerca de convertirse en realidad si se aprueba su legislación

Tiene sentido que sea así. Si el coche democratizó la movilidad terrestre después de la Segunda Guerra Mundial, el mundo del progreso imparable que trajo la era atómica solo podía democratizar un transporte que todavía estaba lejos del alcance de la gran mayoría de la población: el aéreo. Las utopías de Herbert o Asimov no habían contado con la aparición de Ryanair o las microtransacciones.

Sin embargo, el transporte aéreo urbano -especialmente en aquellas ciudades con problemas de congestión- sigue siendo algo muy deseable. En Nueva York, Uber ya ofrece trayectos en helicóptero y muchas empresas están desarrollando soluciones que pretenden convertir en el estándar aeronáutico.

Una de estas compañías es la española Umiles, que ha desarrollado una nave 100% eléctrica capaz de despegue y aterrizaje verticales (eVTOL), ideal para un uso de transporte urbano. Pero el mayor obstáculo para el despliegue de estas soluciones es el legislativo.

Su director de Operaciones, Óscar Lara, afirma que «históricamente, la industria aeronáutica se ha caracterizado porque siempre ha favorecido soluciones muy probadas. Sin embargo, la disrupción tecnológica que está ocurriendo obliga a tomar una actitud mucho más dinámica. Estamos ante una situación poco usual en la que se está desarrollando en paralelo una tecnología su marco jurídico. Si queremos transformar nuestra sociedad hacia las nuevas formas de movilidad no tenemos otra opción más que sincronizar los avances con la ley».

Tanto es así que la consultora tecnológica NTT Data presentó en febrero de 2023 el proyecto para el Desarrollo del Ecosistema de Impulso a la Aeromovilidad (DEIA).

Según la empresa, España está por detrás de Europa en cuanto a regulación de aerotaxis, pues la agencia comunitaria de seguridad aérea, EASA, publicó las normas de operación de este tipo de servicios en 2022. El objetivo, en sus palabras, es «garantizar el desarrollo de un ecosistema de movilidad aérea urbana en el que los operadores puedan circular este tipo de naves en el espacio europeo». Objetivo que comparten, a escala nacional, desde NTT.

En la presentación de DEIA, se contemplaron las primeras rutas que se podrían implementar en Madrid. Por un lado, un vértice de aerotaxis entre Nuevo Azca, Chamartín y Barajas, uniendo la zona empresarial con los dos nexos de transporte del norte de la ciudad que serviría para identificar los pasos siguientes a un nivel regulatorio.

Además, también se planteó un servicio de emergencias médicas para el hospital de La Paz, pudiendo expandirse al Isabel Zendal.