El plan 2000E no evita que España sea el tercer país de la Eurozona donde más cayeron las matriculaciones en mayo
Las ayudas al automóvil se dejan sentir y nuestro país se desmarca de aquellos con peor evolución
Ser periodista económico en esta época en España es bastante sencillo, ya que todas las informaciones salen siempre de carril. Nuestro país suele tener los peores indicadores de la Unión Europea (27 países) e incluso de la OCDE (32 estados), y los datos de ventas ... de vehículos en la UE hechos públicos este martes por la asociación europea de constructores (ACEA) no son una excepción, aunque este último mes de mayo parece indicar un cambio de tendencia.
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En el "mes de las flores" se vendieron en España un 38,7% menos de vehículos que en mayo de 2008, cifras que sólo superan Irlanda (con un 49,7% menos) y Finlandia (un 49,2% menos). En el acumulado del año, nuestro país sigue siendo el segundo peor de la zona euro tras el antaño llamado "tigre celta", con un 42,7% menos de matriculaciones entre enero y mayo. De los países de la UE
Alemania tira de la recuperación
Este mes de mayo parece confirmar el cambio de tendencia respecto al mercado de coches. Las ayudas a la compra directa de vehículos generalizadas en casi todos los países están surtiendo su efecto y, por ejemplo, el gigante alemán, el mayor mercado del continente, aumentó sus ventas un 39,7%, y un 11,8% lo hizo el también importante mercado francés. Todo esto son buenas noticias para la industria y las fábricas españolas, ya que la gran mayoría de los modelos que fabrican se venden precisamente en Alemania y otros mercados como Francia, Reino Unido e Italia. En el caso de Alemania, además, sus ventas ya han aumentado un 22,8% en todo 2009 y supone, con 1,6 millones de vehículos, que casi uno de cada tres de todos los coches matriculados en los 30 países europeos que cuenta la ACEA lo han hecho en el país germano. Sean justas o no y distorsionen el mercado o no, lo cierto es que las ayudas directas a la compra de coches del Gobierno de Angela Merkel (de 2.500 euros por vehículo) están sirviendo de tabla de salvación a la noqueada industria del automóvil española.
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