Probamos la segunda generación del Kia Soul, mucho más sensato de lo que parece

Esta segunda generación es completamente nueva, con un aspecto exterior inspirado en el vehículo conceptual «Kia Track'ster 2012», dando origen a un aspecto más adulto y fresco sin perder su carácter atractivo y estilo único.

Kia desarrolló para este Soul una plataforma totalmente renovada con una carrocería mucho más llamativa, un motor más potente y una suspensión mejorada para optimizar la dinámica de conducción y confort en marcha.

El Kia Soul 2015 tiene dimensiones más grandes que el anterior. Es 20 mm más largo, llegando a los 4,14 metros. También ha ganado 15 mm de anchura, lo que beneficia sobre todo a las plazas traseras. Y además es algo más bajo, exactamente 10 milímetros, con los que se sitúa por debajo de los 1.600 mm con las ruedas de 16 pulgadas.

Con estas dimensiones y la distancia extendida entre ejes las mejoras son notables tanto en cuando a la habitabilidad como por la calidad de marcha, tanto en carretera como en ciudad. Los pasajeros cuentan con mayor espacio para las rodillas y el maletero cubica 354 litros, pudiendo llegar hasta 1.367 abatiendo los asientos traseros. La verdad es que sorprende su espacioso interior, si bien el maletero no es de los que presentan una mayor capacidad comparado con otros coches de simular tamaño. Una posible pega puede ser la forma del portón trasero, que hace que la boca de carga sea algo reducida.

Como parte del programa para aumentar las posibilidades de personalización del Soul 2015, Kia está haciendo el nuevo modelo con una selección de tres diseños de llantas diferentes disponible a elegir. La gama de colores es muy amplia, y la personalización se puede completar si elegimos el techo con diferente color respecto al resto de la carrocería.

El precio de acceso a la gama Soul está en 12.900 euros. El coche de nuestra prueba era un diesel 1.6 CRDI de 128 CV y cambio manual, a la venta desde 16.000 euros. Una mecánica que tira con fuerza del coche, con un cambio de marchas muy preciso y al que se acostumbra uno enseguida. Y con unos consumos homologados de 4,6 - 6,8 a los cien, que se podrían rebajar incluso más si contase con el sistema stop-start.

Según nuestra experiencia, las personas que al principio pusieron alguna pega a su aspecto exterior acabaron convencidas de que no hay que juzgar por las apariencias.