Aguantamos el coche año y medio más que antes de la crisis

Sin embargo, esta solución de ahorro sale cara en términos de siniestralidad. En marzo se rompió la tendencia bajista, contabilizándose 76 accidentes , frente a los 64 de un año antes. Además, a falta de un día para cerrar el balance, la Semana Santa deja 6 víctimas mortales más que el año pasado, según el avance de la DGT .

Concretamente, el estudio de Arval, que recoge la evolución de la antigüedad del parque en los últimos 5 años por canal y tipo de vehículo, muestra cómo desde 2010, fecha en la que terminó el Plan 2000E y se acentuaron las restricciones al crédito, cambiar de coche se convirtió en un lujo solo al alcance de unos pocos.

No es de extrañar que con esta coyuntura, el rejuvenecimiento del parque no termine de arrancar. Si bien el impulso de las sucesivas ediciones del PIVE (con las que el Gobierno retomó en 2012 los incentivos a la compra) ha evitado el desplome del mercado, lo cierto es que arrastramos un déficit de más de 3 millones de matriculaciones en los últimos 5 años.

Este déficit, unido al auge de ventas de coches «mileuristas» que por antigüedad y kilometraje se pagan al contado por su bajo precio (solución obligada de movilidad para muchos) han elevado la edad del parque hasta los 11 años de media, con los efectos negativos para la seguridad.

Según el CVO , esta tendencia a alargar la vida del coche no es solo patrimonio de las economías domésticas. Las empresas también han preferido contener el gasto, lo que les ha llevado a retrasar la renovación de la flota por ser uno de los capítulos más gravosos en sus cuentas, junto a de recursos humanos e informática.

Esta situación viene siendo muy significativa en el sector del renting , donde las compañías optaron por prorrogar sus contratos con los operadores antes que invertir en flotas, lo que ha hecho además que la oferta de usados jóvenes y de calidad en el mercado de ocasión se haya reducido considerablemente. De hecho, las empresas han pasado de conducir siempre el último modelo, cambiando de turismo cada 3 ó 4 años, a aguantar casi 5 (4,6 años) la misma flota.

Pero, si hay un colectivo especialmente expuesto a los vaivenes económicos, ése es sin duda el de los autónomos; no en vano, entre 2009 y 2013 cerca de 185.000 se vieron obligados a echar el cierre por la caída de la actividad, según datos del Ministerio de Empleo , lo que explica que el parque de furgonetas (su principal herramienta de trabajo) no se haya renovado, envejeciendo progresivamente hasta alcanzar una edad media superior a 13 años.

Los datos del Observatorio del Vehículo de Empresa (CVO), promovido por Arval, muestran claramente que los autónomos que han conseguido mantenerse a flote se han visto forzados a estirar la vida de sus furgonetas hasta 4 años más que antes de la crisis. De hecho, han pasado de cambiar de vehículos cada 8,8 años a hacerlo cada 13 años, conscientes de que antes que comprar nuevos coches hay otros «agujeros» que tapar.

Según el director del CVO, Alejandro Madrigal, «un coche de más de 10 años triplica el riesgo de accidente, por lo que impulsar el rejuvenecimiento del parque con planes de ayuda es una buena medida, pero no será completo sin incluir todas las fórmulas de adquisición de las que dispone una empresa. Si no se promueven en mayor medida fórmulas alternativas a la compra , llegar a los objetivos de la DGT no será tarea fácil».