Cambios en el Subaru Outback

Aerodinámica y visibilidad han mejorado sustancialmente. Crece 25 mm en longitud (hasta los 4,81 metros) y 20 mm en anchura (ahora 1,84 metros). También rectifica chasis, que gana rigidez y mejora el confort de marcha.

La marca japonesa confirma que ha ganado calidad de rodadura al reducir niveles de ruido y vibraciones aminorando la sonoridad de los propulsores e incorporando más paneles de insonorización (que son más gruesos), tacos de motor hidráulicos, paneles en los bajos del coche, pasos de rueda y aletas más gruesos, y parabrisas con mejor aislamiento acústico.

La dinámica del nuevo Outback, como siempre equipado con sistema de tracción total simétrica Symmetrical Drive, gana deportividad gracias al nuevo chasis, al rediseño de la suspensión para reducir balanceos y a una nueva dirección asistida más precisa, rígida y rápida. Por su parte, el estabilizador VDC añade función Active Torque Vectoring que incrementa agilidad y mejora el paso por curva en asfalto, frenando la rueda interior en caso necesario y repartiendo par de manera ‘inteligente’ a las 4 ruedas.

El actualizado interior del nuevo Outback es más acogedor, fruto del aumento de calidad de materiales, el equipamiento y la habitabilidad. La instrumentación exhibe doble óvalo con indicadores de velocidad y revoluciones, y pantalla de cristal líquido para el ordenador. Navegación y entretenimiento presiden la parte central del cuadro con una generosa pantalla táctil multifunción de color negro piano que incorpora sistema Starlink y novedades en conectividad para dispositivos móviles; de igual modo, ofrece un tacto y un manejo más intuitivos. Un inédito volante multifunción permite controlar el sistema de audio, el teléfono y el control de crucero, liberando el panel central de botones.

Las motorizaciones turbodiésel 2.0 y gasolina 2.5 atmosférico de 4 cilindros bóxer y carrera corta han sido revisadas para ofrecer una entrega de par y potencia más aprovechable y reducir consumos y emisiones. Ya superan la inminente normativa Euro 6 .

Así, el diésel emplea la cuarta generación de inyección common rail, con inyectores más avanzados, turbo mejorado, pistones rediseñados y nuevas poleas y correas de distribución y auxiliar. Y el gasolina optimiza admisión variable y escape, reduce peso, vibraciones y hasta fricciones internas, con sus mejorados pistones. Potencia y par se mantienen en el primero y pasan en el segundo de 173 a 175 CV.

Sobre cajas de cambio, el nuevo Outback seguirá ofreciendo dos opciones para ambas motorizaciones: manual de 6 marchas y automática Lineartronic mediante variador con levas de volante y 7 relaciones prefijadas. La última estrena mejoras en elementos internos para ofrecer una respuesta al acelerador más suave e inmediata, así como una importante reducción del resbalamiento mecánico incorporando, en las versiones de gasolina, arranque y parada automáticos para ahorrar en semáforos y otras detenciones.

La quinta generación Outback acerca a Europa la tercera generación del sistema Eyesight como equipamiento de serie en versiones con cambio automático.

Éste emplea dos cámaras a color de alta definición estéreo con sensor de imágenes de semiconductores de metal (CMOS). Actúan como un par de ‘ojos’ adicionales y diferencian objetos en movimiento como coches, peatones y ciclistas, de objetos estáticos como guardaraíles y otros metálicos. También detecta luces de frenado de coches que circulan por delante de otros objetos luminosos.

El sistema actúa sobre el motor, la transmisión y los frenos, y ofrece tres funciones principales: frenada precolisión hasta 50 km/h, control del crucero adaptativo hasta 180 km/h y alerta de cambio de carril no deseado. Nunca actúa sin emitir un aviso sonoro y visual previo y detectar que el conductor no va a reaccionar a tiempo para evitar el accidente.

Esta tercera generación Eyesight fue lanzada a mediados de 2014 en Japón y Estados Unidos y mejora la distancia y el campo de visión un 40%.