Acelera entre 0 y 100 km/h en 4,6 segundos y limita la velocidad, vía electrónica, a 300 km/h. Hablamos del Jaguar XFR-S, la berlina de la marca británica más deportiva de todos los tiempos. Un digno rival, por otra parte, de los BMW M5 y Mercedes-Benz E 63 AMG, fundamentalmente; según el fabricante, homologa una media de 11,6 l/100 km. Y todo a partir de un enorme propulsor de gasolina 5.0 V8 con compresor que libera 550 CV y 680 Nm de par límte, 40 y 55 más que el XFR del que deriva esta variante.
El XFR-S cuenta con la caja de cambios auto secuencial Quickshift del nuevo deportivo medio de Jaguar, el F-Type, más rápida (aunque por décimas) de la instalada en el XFR. Sobre aquel, endurece el chasis un 30 por ciento (por cierto, calzado sobre llantas específicas de 20 pulgadas y neumáticos delanteros 265/35 y traseros 295/30, además de con frenos potenciados y de mayor tamaño), cambia la convergencia de las ruedas y adopta una nueva geometría en el eje posterior.
De igual modo, calibra de forma específica sistemas de apoyo a la conducción, como el estabilizador o el diferencial electrónico (el coche es estricto tracción trasera o propulsión)
También optimiza la aerodinámica, en particular la elevación, reducida un 68 por ciento a partir de elementos adosados a la carrocería, como el más que notable alerón posterior (a escoger entre dos modelos), instalado sobre el capó del maletero.












