El sandwich más caro del mundo y otras ventas absurdas por internet

En 2008, el australiano Ian Uhser decidió vender todas sus posesiones después de ser abandonado por su esposa. La transacción, que incluía su casa, coche, trabajo e, incluso, amigos, se cerró por 330.000 dólares —unos 241.000 euros— y permitió a Uhser dedicarse a cumplir su lista de cien cosas que hacer antes de morir . Cuatro años después de vender su vida anterior, este hombre había comprado una pequeña isla, realizado 83 de las cien cosas de su lista, tenía una nueva novia y había publicado un libro titulado «A life Sold» , en el que relata esta extraña experiencia.

Diana Duyser se llevó una enorme sorpresa cuando descubrió que en la tostada que estaba comiéndose en su casa de Miami podía verse claramente la imagen de lo que ella consideró que era la Virgen María. Tras pasar diez años guardado en una caja llena de algodones, Duyer decidió poner el sandwich a la venta en Ebay. Un casino, que ya posee un «dorito» con la forma del gorro papal, lo compró por 28.000 dólares.

Cuando Caruth Byrd heredó la ventana desde la que Lee Harvey Oswald disparó a John F. Kennedy decidió que exponerla no era un buen negocio. Por ello, decidió subastarla. Su reclamo, que ofrecía hacerse con un “trozo de historia” le reportó más de tres millones de dólares.

Fruto de su cultura de hacerlo todo «a lo grande», varios pueblos estadounidenses han sido vendidos en su conjunto. Algunos de los más caros han sido Bridgeville , en California que fue adquirido por 1,77 millones de dólares e incluía ocho casas, un café y una oficina de correos, y el pueblo tejano de Albert que se vendió por 2,5 millones. Sin embargo, si un pueblo parece una compra demasiado convencional, en Ebay también es posible adquirir artículos tan sofisticados como un avión privado, un ferrari o una base de misiles abandonada.

Aunque hace algún tiempo un habitante de Arkansas vendió un frasco que encerraba un fantasma en su interior por 400 dólares, otras ventas absurdas han sido impedidas por los responsables de Ebay. Una de ellas fue la del sentido de la vida, que había partido con unos módicos diez dólares de precio de salida y ya alcanzaba los 36 cuando decidieron cancelar la subasta.