Esperanza Aguirre: «¿Que no se puede poner música en los bares sin molestar?»

La presidenta del PP regional tuvo que escuchar las quejas sobre la suciedad en las calles. En la esquina de Jorje Juan con Lagasca, ella misma se agachó para recoger una servilleta de papel que, con cara de enfado, depositó en una papelera. «¡Madre mía!», exclamó.

Entró en varios comercios. A los dueños de «Quintín» les felicitó por su apuesta: una taberna-restaurante donde se pueden comprar productos alimenticios expuestos junto a unas mesas delicadamente decoradas. Aguirre se llevó un par de tomates de ensalada. Ella los quiso pagar. No la dejaron. «¡No vaya a ser que luego nos tachen de cohecho!», dijo entre risas.

En «El Ganso», de Jorje Juan, la candidata se probó una americana. Le gustó la tienda. Pero mucho más que sea una idea española de éxito. «Ya tenemos 107 repartidas por todo el mundo», le decía orgulloso David, el encargado.

«Tenkey» es un establecimiento de varias generaciones. Ropa y complementos de diseño. La responsable explicaba que el logo de sus camisas, jerseys y demás textil era una llave. «La del éxito», señalaba. Y que se abuelo, el fundador, había escrito un decálogo del vendedor: paciencia, gusto, dedicación, ilusión, profesionalidad ...

Aguirre prometió, a todos estos comerciantes que si los madrileños quieren que sea su próxima alcaldesa, luchará por eliminar todas las trabas a fin de impulsar toda la actividad empresarial y comercial.