Abusos en el colegio: las particulares tutorías de un profesor «muy cariñoso»

Uno se remontaría a 2013 y otro a 2014. En cada uno de los casos, los padres se dirigieron al colegio Vallmont y pusieron en conocimiento del entonces director –cesado el pasado día 4, un mes después de que se interpusiera la primera denuncia contra el docente– el comportamiento que este, Carlos R. I., de 33 años, tenía con sus hijos, según han explicado.

Sin embargo, en ambos casos el exresponsable les aconsejó prudencia y discreción ante un asunto tan delicado como ese. Además, para tranquilizarles, el exdirector les comentó que estarían pendientes del maestro.

Fue en el último episodio de marzo de 2014 cuando el anterior responsable, ante la insistencia de progenitor, que no se conformaba con las explicaciones que le estaba facilitando, le sugirió reunirse con el presunto profesor pederasta . A la cita acudieron los dos y el docente, que ingresó el pasado 27 de febrero en prisión, quien justificó los supuestos abusos cometidos contra el pequeño con estas palabras: «Soy muy cariñoso», así lo ha podido saber ABC.

Ninguna de las dos familias denunciaron lo ocurrido, haciendo caso a las recomendaciones del exdirector. De hecho, los niños siguen escolarizados en ese centro bilingüe.

Ha sido mucho después cuando, por desgracia, se han topado con la cruda realidad y han descubierto que dos y dos en este caso si son cuatro. El educado y serio profesor de Matemáticas, Conocimiento del Medio y Lengua llevaba cuatro años en el Vallmont, un centro que imparte desde Educación Infantil hasta ESO.

La conducta de Carlos R. I., no era fruto de su carácter ni producto de la fantasía o exageración de los escolares. Como ya adelantó ABC, el docente abusó sexualmente de sus alumnos durante los dos últimos cursos –(2012-2013) (2013-2014)– y también en este. La mayoría de las denuncias corresponden al presente periodo lectivo pero también las hay de los otros.

Las víctimas eran siempre niños y las vejaciones se circunscribían a tocamientos y besos en el transcurso de las tutorías o clases que impartía a alumnos de 3º y 4º de Primaria, en presencia del resto de alumnos en la mayoría de las ocasiones, precisaron fuentes de la investigación. Valiéndose de su autoridad lograba su propósito, sin que los pequeños, en la mayoría de los casos, lo consideraran anómalo. Según algunas fuentes era «muy querido», como su compañero del colegio Valdeluz .

Sin embargo, el asunto se precipitó cuando el pasado 5 de febrero el primer padre interpuso la primera denuncia ante la Guardia Civil (no a finales de diciembre, como indicaron en un primer momento a este diario). A partir de ahí, los agentes del Equipo Mujer y Menor (Emume), comenzaron a explorar a los menores y llegaron a verificar los seis casos restantes.

El 27 de febrero se procedió a la detención de presunto profesor pederasta en su vivienda de Parla. Abrió la puerta su mujer, con un bebé recién nacido en brazos. Sin duda ha recibido un mazazo difícil de superar.

No hay ni una sola foto suya. El colegio la retiró y lo mismo hizo él en las redes sociales. En una de ellas explica que estuvo en un colegio en Móstoles. Ayer, en plena tempestad, ni maestros ni personal ni tampoco los alumnos mayores abrían la boca. Imperaba el silencio.

En un comunicado, el centro se defendía ayer, mientras algunos padres les acusaban abiertamente de «tratar de echar tierra encima; nos han engañado y estamos alarmados y desinformados». En la nota, explicaban que el 2 de febrero fue apartado del cargo al tener conocimiento de los hechos por parte de las familias afectadas. Sin embargo, en un mail enviado a los padres, fechado el día 4 (la víspera del arresto), indicaban que «causaba baja por motivos personales», como informó el miércoles ABC.

En otro correo, del día 28 (el día de su ingreso en prisión), decían que había sido expulsado «ante su presunta actuación irregular» y que habían atendido a las familias que habían solicitado información puntual. El comunicado, por contra, asegura que «se extendió la información a la totalidad de familias». Los padres lo desmentían: «Nos enteramos cuando nos convocaron hace dos días».