Un menor de 16 años, muy grave tras recibir un disparo en el pecho

Herido y sangrando abundantemente, ha huído, ha cruzado la calle y ha caminado unos cien metros aproximadamente, hasta llegar a la calle de Alcocer. Ahí se ha echado encima, literalmente, de un coche patrulla de la Policía Municipal que pasaba en ese momento por la zona.

Una agente, al percatarse de la gravedad de la herida, a la altura del corazón, en el hemitórax izquierdo, le ha estado taponando la herida hasta la llegada de los servicios de emergencias, según han explicado sendos portavoces de la Jefatura Superior de Policía y de Emergencias Madrid.

Se da la circunstacia de que un «zeta» de la Policía Nacional que casualmente transitaba por la zona se ha sumado a las tareas de auxilio y, entre varios efectivos, han tumbado al chico en los asientos de este último vehículo hasta la llegada del Samur. Mientras, la primera agente seguía tratando por todos los medios que el adolescente no se desangrara.

Los sanitarios del Samur han estabilizado a la víctima y la ha trasladado en una UVI-móvil hasta el cercano Hospital 12 de octubre. Su pronóstico es muy grave y su vida corre peligro, precisó la portavoz de Emergencias Madrid. Por el momento se desconoce si la bala se le ha quedado alojada en el pecho.

La víctima que acudió a pedir ayuda a la Policía estaba sola y no aportó ningún detalle sobre el autor o autores de los hechos, desde dónde fue disparado o si hubo una discusión previa.

Las primeras hipótesis apuntan a que el ataque obedece a un ajuste de cuentas entre bandas latinas, si bien no se descartan otros móviles. Lo cierto es que, fuera cual fuera el motivo, el agresor pretendía acabar con su vida.