¿Por qué no hay casi madroños en Madrid?
La despoblación del famoso arbusto que «emborracha» a los pájaros se debe, entre otras cosas, a su uso contra la lepra en la Edad Media

El madroño es el árbol que aparece en el escudo de Madrid y sobre el que reposa el famoso oso -u osa-. Pero, ¿alguien ha visto madroños por la ciudad?. ABC desvela el misterio del famoso arbusto con forma de árbol.
El genial dibujante de ABC, Antonio Mingote decía en su libro «Historia de Madrid», que el oso del escudo de Madrid se aferraba al madroño para impedir que algún concejal lo talase, pero en realidad estos lo tendrían difícil, puesto que la población de este arbusto es más que escasa.
Par encontrar la primera posible causa de la casi inexistencia del arbusto en la capital, hay que remontarse a la Edad Media, y es que en aquella época se creía que las frutos del árbol curaban la peste, por lo que pronto, los madrileños se dedicaron a talar todo madroño que veían para sacarle un beneficio económico.
Tal fama de «curandero» consiguieron los madroños madrileños que hasta la Villa se desplazó el mismísimo emperador Carlos V a curarse una terrible enfermedad. El hijo de Juana la Loca sanó tras una temporada en Madrid y hasta su ánimo mejoró. Y no es de extrañar, puesto que el fruto del madroño contiene alcohol. Ya lo dice su nombre en latín: «arbutus unedo», que significa «árbol del que hay que comer un solo fruto».
En realidad la cantidad de alcohol que contiene es mínima, pero la sufiente para que los pájaros que comen sus frutos acaben dando tumbos, embriagados por el licor. Una «trampa», que los pajareros del Madrid del siglo XVII utilizaban para capturar los pájaros que luego se servían fritos en las tabernas de la Villa y Corte.
En la actualidad hay muy pocos de estos arbustos con ínsulas de árboles por la ciudad. La primera repoblación se hizo allá por el siglo XVIII, trayendo madroños desde Cataluña. A ésta le siguieron otras, hasta la última en los años 80.
En la actualidad se pueden ver muy pocos madroños de grandes dimensiones en Madrid. Uno de ellos está en la plaza de La Lealtad, frente al Monumento a Los Caídos; y el otro en el jardín de Las Cuatro Torres.
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