Rastrean informes de consumidores de pornografía infantil en busca del raptor

Bajo esta premisa, se están desempolvando diligencias de antiguas investigaciones a estos sujetos, especialmente de aquellos localizados en los tres distritos que están bajo la lupa del Servicio de Atención a la Familia (SAF):Ciudad Lineal, San Blas y Hortaleza. Los datos se están contrastando con las pocas pistas con las que se cuentan, aportadas fundamentalmente por las dos víctimas que mejor recuerdan lo sucedido, la niña española del Parque de San Juan Bautista y la última, la cría de origen dominicano secuestrada en Canillas el viernes pasado.

Una cosa parece clara para los investigadores, precisaron las fuentes consultadas por ABC: el depredador es probable que sea español, aunque alguna de las menores hablaban de que pronunciaba nuestro idioma con un acento un tanto extraño, quizá de alguna región periférica. Así, aunque se prioriza sobre los sospechosos nacionales, los agentes también indagan entre los encartados latinoamericanos y los rumanos. Estos últimos suelen adaptarse bastante bien al castellano cuando llevan cierto tiempo en España, hasta hablarlo con un acento bastante cercano al original.

Hasta ahora, no ha trascendido que ninguna de estas pesquisas haya dado frutos positivos. El trabajo de patrullaje en las calles de la capital, sobre todo en el área noreste, tampoco ha arrojado resultados; los investigadores llevan su trabajo con un secretismo total, para evitar filtraciones peligrosas. Como ya adelantó ABC, el análisis de los fotogramas de las cámaras de tráfico municipales no han resuelto nada; sólo «capturan» aquellos vehículos que cometen una infracción detectada por los radares. El pederasta se cuida muchísimo de no pasar por zonas con videovigilancia y, una vez abandonó el viernes con su víctima el barrio de Hortaleza, enfiló por la M-40, hasta llegar a la zona descampada de La Peineta.

Allí, y fuera del coche sometió a tocamientos a la pequeña, sin llegar a causarle lesiones físicas. Por eso, al día siguiente, la chiquilla, de apenas 7 años, pudo acompañar a varios policías a realizar una reconstrucción en el escenario de los abusos, en el barrio de Canillejas.

Sobre el supuesto intento de rapto de una rumana de 8 años en el vecino municipio de Coslada (casi conurbado con la zona de San Blas), la Policía Nacional ya casi ha descartado el suceso. En principio, creen que no fue ni siquiera una intentona de secuestro.

La menor, a las cinco de la tarde, bajó a por el pan a una tienda de su barrio, en el número 5 de la avenida de la Cañada. Su madre así se lo había pedido. Cuando salió del comercio (y este detalle sí coincide con dos de los casos del pederasta, que abordó a la española y al china en la puerta de establecimientos), el conductor de un BMW negro, aparcado en doble fila, le dijo:«Anda, ven, que tengo el maletero lleno. Ayúdame a sacar las cosas».

La niña le respondió que tenía que ir a su casa a llevar el pan y que le debía pedir permiso a su madre. Nerviosa, cruzó la calle, recorrió los cien metros que la separaban de su vivienda y le explicó a su progenitora lo que le acababa de ocurrir. La mujer volvió con ella al lugar y no había nadie ya. «Era español, joven, delgado, de pelo rubio y engominado. Vestía camisa negra y tenía un reloj de oro», dijo.

Con todo, la Policía rastreó la zona, interrogó a la menor, le mostró fotos de sospechosos y visionó cámaras.