Los árboles del Retiro se someten a «cirugía de riesgo»

Desde que una enorme rama cayó sobre una pradera de El Retiro hiriendo mortalmente a un hombre , el pasado mes de junio, el Ayuntamiento madrileño ha tomado una serie de medidas extraordinarias en relación con el arbolado urbano. Entre ellas, está la convocatoria de una comisión de expertos que evalúa en estos momentos la situación para proponer un plan de medidas .

Pero, «adelantándose a sus conclusiones», señala Sanjuanbenito que ya se han comenzado algunos trabajos previos en el histórico parque. Por eso, en grandes extensiones del recinto se pueden ver estos días ejemplares acordonados, que están siendo analizados a fondo por los operarios. «No esperamos al informe de los expertos; hay cosas que ya se están avanzando».

Una de ellas consiste en «mapear» los entornos de los árboles más antiguos, que a juicio de los cuidadores podrían representar algún riesgo. Se limpian y se analiza hacia dónde podrían caer, en caso de hacerlo, las ramas de los ejemplares, con el objetivo de paliar posibles accidentes. «Muchos de los que han caído se han desgarrado de raíz; es importante saber hacia dónde podría producirse para evitar las afecciones», explica.

Se está elaborando también una ficha individualizada de cada ejemplar objeto de estudio, con sus características precisas y su estado.

Además, continúan realizándose podas «a demanda de vecinos», y «ya llevamos casi un 60 por ciento más que las realizadas el año pasado»: de acuerdo con los datos oficiales, se han superado los 13.927 árboles en la campaña 2013-2014, mientras en la de 2012-2013 fueron 8.611 los ejemplares podados en la vía pública.

El trabajo que los expertos realizan sobre El Retiro «es práctico, un trabajo sobre el terreno, no teórico». De ahí que estos avances en las tareas de refuerzo de la seguridad resulten especialmente útiles. No obstante, Sanjuanbenito recuerda que «el riesgo cero no existe».

En El Retiro existen en torno a 19.500 árboles. Los expertos señalan que es normal que cada año mueran en torno a un centenar, al llegar al final de su ciclo vital o por diversas patologías. La caída de la rama que acabó con la vida de un militar de 38 años que descansaba junto a sus dos hijos disparó todas las alarmas en el Palacio de Cibeles. Días después, varios expertos en la materia fueron convocados para elaborar un informe sobre el estado de los árboles madrileños y emitir recomendaciones. En él, participan Carlos del Álamo, decano del Colegio de Ingenieros de Montes de España; Antonio Prieto, catedrático en Dasometría, Ordenación de Montes y Valoración Agraria de la Universidad Politécnica de Madrid; Mariano Sánchez, jefe de la Unidad de Horticultura del Real Jardín Botánico; Santiago Soria, subdirector de Parques y Viveros del Ayuntamiento; Alfonso del Álamo, director general de Emergencias del Ayuntamiento, y José Antonio Saiz de Omeñaca, profesor titular de Patología Forestal y Conservación de Madera, de la Escuela Técnica Superior de Ingenieros de Montes de la Universidad Politécnica Madrileña.

Respecto a las causas de las reiteradas caídas, indican varios de los consultados por este periódico, en ocasiones las raíces están mal ancladas —a consecuencia de los riegos actuales, más superficiales que los tradicionales «a manta» o por inundación—; por alguna pudrición —que si está en ramas, a 10 o 15 metros de altura en un arbol con todas las hojas, son muy difíciles de ver—, por efecto de hongos; o como consecuencia de las podas muy agresivas realizadas hace varias décadas, y cuyas consecuencias «darían la cara» ahora.

Entre las conclusiones de su estudio, que se conocerá en unas semanas, está la necesidad de renovar ejemplares cuando llegan al final de su ciclo vital.