«Personal shopper», el oficio que crece con la crisis
El desempleo ha hecho que mucha gente se forme en este mundo. El intrusismo complica contratar un servicio de calidad en la capital
tatiana g. rivas
Decenas de personas –más mujeres que hombres– ofrecen sus servicios como asesores de imagen en la red . «Soy una chica que ha realizado un curso de personal shopper y se ofrece para trabajar en empresas o con particulares. Tengo muy buen gusto. Te renuevo ... tu fondo de armario, te aconsejo qué estilismos te convienen más según tus características y personalidad. Si no tienes tiempo para ir de compras yo las hago por ti».
Anuncios similares a éste se repiten en distintas páginas. La mayoría no cuenta con una empresa, una página web o incluso un blog donde plasme sus conocimientos, pero están dispuestos a cobrar la cara prestación por dar consejo. «No tengo página web y no me dedico a ello, ya me gustaría, pero como las cosas de la vida están tan mal... Cobro por hora 70 euros. Si se me quiere contratar un día del fin de semana, con más tiempo, serían 200 euros», detalla la mujer de esta publicidad al otro lado del teléfono.
El handicap está en distinguir entre un experto y un amateurEl negocio de personal shopper, que no la clientela, ha proliferado en época de crisis, sobre todo en Madrid. El desempleo ha llevado a muchos interesados a realizar cursos y másteres –que van desde los 500 euros online a los 3.000 euros en clases presenciales– en esta disciplina. Sus clientes, de clase media y alta, son fieles a esta oferta cuando la contratan. El handicap para el usuario está en distinguir entre un experto y un amateur, ya que la formación en nuestro país, según informa Sara Largo, presidenta de la Asociación Española de Asesores de Imagen y Personal Shopper (Asedai), es «floja».
Isabel Yuste fue de las primeras personal shopper en la capital. Es la directora del curso en esta materia del Instituto Europeo de Diseño (IED). «Hace ocho años no había apenas formación; ahora hay mucha, tanta como intrusismo. Hay periodistas y estilistas de moda que se dedican a ello y no tienen conocimientos», informa esta experta.
Sara Largo y Ana Iriberri fueron de las primeras profesionales en dedicarse a este mundo de la moda en Madrid. Montaron la asociación en 2007 y en 2010 crearon su empresa: Tu asesor de imagen . Se conocieron a la salida del colegio de sus hijos –tienen tres y dos, respectivamente—. Encontraron sus puntos en común. La madrileña Largo había estudiado Diseño de Moda en la Politécnica; la mexicana Iriberri también, pero en la Institución Artística de Enseñanza el (IADE) de la Universidad de Alcalá de Henares.
Para un Gran Lujo
Arrancaron motores y hoy pueden vivir de este oficio desde las 9 de la mañana hasta las 16.30 de la tarde de lunes a viernes. Algún sábado también les toca hacer sus recomendaciones. Su media de clientes a la semana es de tres. Los cambios de estación son sus épocas con más trabajo.
El Hotel Gran Lujo Villa Magna ofrece los servicios de estas dos mujeres a sus huéspedes. Es lo que se denomina shopping tour. Las puertas correderas de este hotel se abren y entran las dos, que complementan su look con bolsos Loewe, taconazos de Carolina Herrera, botines de Caramelo, ... y Primark también se hace hueco en su atuendo. «El estilo está en saber mezclar», adelanta Iriberri.
Han quedado en el hotel con Mónica Fernández, una clienta para la que han trabajado con anterioridad. «Las encontré cuando necesitaba un cambio en mi vida, hace tres años. Acababa de tener un hijo y empecé a buscar por la red. Yo antes iba a comprar ropa siempre al mismo sitio. No utilizaba complementos. No sabía», narra. Sus personal le cambiaron la imagen por completo. «Utilizaba colores que no la favorecían. Primero nos entrevistamos con ella; después vimos su fondo de armario, y por último nos ajustamos a su presupuesto para renovar su imagen», detalla Largo.
Viaje por la Milla de Oro
Mónica quiere ahora que le ayuden a elegir dos modelos para una boda de fin de semana. Presupuesto, no más de 3.000 euros. «El objetivo de nuestro oficio es sacar lo mejor de cada persona, tanto en la forma de vestir como en la de maquillarse y peinarse. Se trata de pulir un diamante, mejorar su imagen y que se sienta cómoda o cómodo en ella», manifiesta Iriberri.
La ruta para Mónica se desarrolla por el barrio Salamanca. Estas profesionales se mueven por distintas zonas y diferentes tiendas. «Nos ajustamos al cliente. También compramos en la Gran Vía o en Chueca. Depende del presupuesto y estilo. Siempre intentamos evitar lo que lleva todo el mundo», declaran.
En Serrano, estas asesoras son conocidas. «Apenas hay competencia en esta zona, pese al intrusismo que hay», declara Largo. En Hoss Intropia son las únicas que disponen de un gran vestuario donde se les sirve champán y zumos, a gusto del cliente.
«Madrid no se concibe como una ciudad de compras como lo es París»El reclamo de personal shopper no es descomunal en la capital. A juicio de las expertas de Asedai es porque Madrid «no se concibe como una ciudad de compras, a diferencia de París. Falta impulso institucional».
La extremeña Isabel Yuste augura un buen futuro para esta tendencia en la capital. «Ahora viene mucho público asiático y compran en tiendas lujosas. En España hasta hace poco este servicio parecía una tontería. A medida que la gente va yendo ve que es algo útil. Gastan dinero, pero al final se recupera porque se enseña a sacar el máximo partido a tu armario».
«Personal shopper», el oficio que crece con la crisis
Esta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete
Esta funcionalidad es sólo para registrados
Iniciar sesiónEsta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete