Una niña se libró de ser raptada horas antes del primer caso en Ciudad Lineal

Fuentes de la investigación indicaron a ABC que tras producirse ese rapto, se cotejaron denuncias y se tuvo constancia de que ese mismo 10 de abril, pero por la mañana, una menor de origen nipón y algo mayor en edad que las dos víctimas posteriores, fue objeto de un intento de secuestro. Sin embargo, la chiquilla se resistió todo lo que pudo y consiguió que el individuo que la acechaba se diese por vencido.

Ocurrió en la calle de Torrelaguna, a sólo unas manzanas de donde se produjo el siguiente caso, esa misma tarde, sobre las ocho y media. Los agentes investigan si, como se sospecha, se trata del mismo sujeto que, no habiendo conseguido su propósito por la mañana, lo intentó, esta vez con éxito, horas más tarde.

Hay un suceso más, como adelantó ABC, de septiembre de 2013. En esa ocasión, el asunto afectó a una niña latina , aunque la Policía tiene serias dudas de si se trata del mismo raptor, puesto que hay elementos clave que no coinciden. Además, habrían pasado demasiados meses (siete) entre ese caso y el siguiente.

En el rapto de la chiquilla española de 9 años, en abril, y el de la semana pasada que afectó a una cría de 6 años china , hay demasiadas similitudes. La Jefatura Superior de Policía mantiene un dispositivo especial en el Servicio de Atención a la Familia (SAF), pero también en tres distritos de la capital: Ciudad Lineal, Hortaleza y San Blas.

Tras el último suceso, los investigadores ya han tomado declaración a varios testigos del barrio de Ascao. Una de esas personas incluso ha llegado a denunciar que la semana antes del secuestro de la niña china vio a un hombre jugando con ella por las tardes . Lo hacía justo donde desapareció, entre las 18.30 y las 19.30 horas. Su aspecto, indicó, era muy similar al de las descripciones que dieron otros testigos del día de la desaparición: varón, unos 40 o 45 años, piel clara, pelo negro y canoso y un poco de barba, bien vestido y peinado.

Esos cinco o días antes ya jugaba con la niña con aviones de papel y gomitas para hacer pulseras, incluso la llamaba por su nombre y la cogió de la mano. Pero hasta el martes pasado no decidió, presuntamente, llevársela con la argucia de que era amigo de su madre.

Los investigadores cuentan con datos, pero muchos son contradictorios. Lo que sí parece es que el sospechoso es español, aunque el acento no sería puramente castellano. También se trabaja en la hipótesis de que el pederasta trabaje en la zona y cuente con un compinche, un segundo hombre, a tenor de lo explicado por algunos testigos, que apuntaban en ese sentido.

Los agentes están analizando al milímetro sus bases de datos de este tipo de delincuentes, porque suelen ser reincidentes y ya con una edad madura no es extraño que estuviera fichado. Lo que no se han encontrado son restos biológicos de los que extraer ADN.

Las víctimas, que son narcotizadas y sufren un «shock» por lo ocurrido, no han conseguido aportar tampoco datos muy relevantes. En el caso de la última niña, pasó varios días ingresada en La Paz y apenas se ha podido hablar con ella.