La final madridista de la Champions League es de vital importancia -deportiva, pero también económica y turística- para Madrid y para Lisboa. Por eso sus respectivos gobiernos están poniendo toda la carne en el asador.
Así debe entenderse el curioso acto que se ha ... vivido este jueves en el Palacio de Cibeles: el alcalde de Lisboa, António Costa, ha entregado la Llave de su ciudad al pueblo de Madrid, en la figura de Ana Botella, en señal de que la capital lisboeta se abre a los madrileños que viajen a ver la final de fútbol. Botella la devolverá el 24 de mayo en Lisboa. Es la primera vez que esa Llave sale de la capital lusa, y la primera que se cede -aunque sea, como en esta ocasión, en préstamo temporal- a un político que no es un Jefe de Gobierno.
Lapsus
António Costa aprovechó la visita para vender las cualidades de su ciudad, a la que invitó a quedarse a los madrileños que viajen a ver el partido. Una final que -pese al lapsus de la alcaldesa, que señaló cómo Aznar estaba «muy interesado en el partido del domingo 22»- se celebrará el sábado 24 en el Estadio de la Luz. Lisboa también tendrá, explicó su alcalde, pantallas gigantes en al ciudad para que pueda ver el partido incluso el visitante sin entrada.
Madrid, explicó Botella, también estará preparada para que todos aquellos aficionados que no puedan ir a Lisboa puedan ver el partido. No específicó con qué fórmula, pero insistió en que está manteniendo contactos con los presidentes del Real Madrid y el Atlético de Madrid para que «haya oportunidad de verlo en la ciudad para quienes no puedan verlo en el estadio lisboeta».
La Llave de Lisboa sale de su ciudad por primera vez para «prestársela» a Madrid antes de la Champions
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