La picaresca con la nueva tarifa fija ensucia el sector del taxi en Madrid
Recibo falsificado - abc

La picaresca con la nueva tarifa fija ensucia el sector del taxi en Madrid

La tarifa fija lleva apenas 72 horas en vigor, pero las «trampas» no se han hecho esperar. ABC realizó ayer cuatro viajes en los que pudo constatar cómo algunos taxistas abusan de sus clientes, sobre todo si son extranjeros

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La tarifa fija lleva apenas 72 horas en vigor, pero las «trampas» no se han hecho esperar. ABC realizó ayer cuatro viajes en los que pudo constatar cómo algunos taxistas abusan de sus clientes, sobre todo si son extranjeros

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  1. De la T-1 a plaza de España: Tarifa inflada, recibo falso y rodeo por la M-40

    Recibo falsificado - abc

    El documento reproducido s0bre estas líneas es una falsificación de lo que debería haber sido un recibo oficial de un recorrido en taxi. Es el caso más flagrante de abuso que ayer pudimos comprobar desde ABC fingiendo ser dos turistas alemanes recién llegados a Madrid. El recorrido, que partió de la T-1 con destino a la plaza de España, comenzó mal.

    El taxista, con décadas de experiencia, bajó la bandera con la tarifa 1, cuando debería haber iniciado su recorrido con la 4. Es decir, con la nueva tarifa fija de 30 euros, al tratarse de un viaje desde el aeródromo al interior de la M-30. La muestra de la picaresca y falta de profesionalidad del taxista no había hecho más que empezar.

    Durante todo el trayecto mantuvo alto el volumen de la radio. Ni siquiera lo bajó cuando realizamos varias llamadas, hablando en todo momento en alemán. El recorrido fue bastante largo. Demasiado. Un trayecto que apenas debería haber superado los 16 kilómetros —un cuarto de hora, aproximadamente— se extendió 10 kilómetros más —una media hora—.

    La «vuelta» por madrid nos hizo pasar por la M-40, Mercamadrid, parte de la A-4, la M-30 y finalmente el centro. Nada más lejos del recorrido que debería haber realizado. Sin embargo, cuando el taxi se detuvo en Plaza de España, el taxímetro marcaba 29,30 euros. 70 céntimos menos que si nos hubiera aplicado la tarifa fija oficial de 30 euros.

    En el momento de pagar , el taxista fue más allá y, sin ningún tipo de pudor, añadió dos suplementos que no tenían lugar: 3 euros —como si hubiéramos cogido el taxi en una estación de tren— y el antiguo suplemento de 5,50 para viajes con destino al aeropuerto. Total: 37,80 euros reflejados en un recibo falsificado, sin la licencia troquelada ni el número de operación. Además, se negó a entregar el tique oficial de la impresora.

  2. De Puerta de Atocha a la T-1: «Son treinta euros y otros 'five' de suplementos»

    El taxímetro marca 30 euros al inicio del viaje desde Atocha
    El taxímetro marca 30 euros al inicio del viaje desde Atocha - abc

    «En los viajes con origen o destino entre el aeropuerto y el interior de la Calle 30, incluyendo aquellos que hayan sido contratados por medios telemáticos, se aplicará una tarifa fija. A esta tarifa no se le podrá añadir ningún suplemento». La ordenanza del taxi es clara respecto a los suplementos; sin embargo, la malicia para cobrarlos cuando no corresponde se hizo patente ayer en uno de los recorridos realizados.

    Partió desde Puerta de Atocha, hablando sólo en alemán, y con un taxista poco cordial que no nos ayudó con la maleta. Pedimos ir a la T-1 y marca la tarifa 4 en su taxímetro, la correcta. Pero nos sorprende un detalle. Antes de partir, baja la ventanilla y le dice entre risas, señalando el taxímetro, a otro taxista: «Ahora sí que voy a dar el “cante”». Sin que supiéramos todavía a qué se refería con dicha expresión, comenzó el recorrido. En este caso, el trayecto es directo y sin rodeos. Es corto y en un cuarto de hora, aproximadamente, llegamos a nuestro destino.

    «Thirty-five euros» (35 euros), nos dice en inglés, reclamando el dinero. «Treinta euros y “five” de suplementos», insiste. Entendemos ahora a qué se refería con la expresión «ahora sí que voy a dar el “cante”». Reclamamos el tique en alemán y en inglés. Nos entrega uno realizado a mano —en este caso sobre un recibo oficial troquelado y con su número de operación, pero sin el trayecto especificado—.

    A la hora de pagar, le entregamos 40 euros en dos billetes de 20. Se hace el despistado con el cambio y sonríe como agradeciendo una propina que nosotros no le hemos entregado. Reclamamos hasta en dos ocasiones los cinco euros. Finalmente, nos los entrega, aunque con un gesto serio y desagradable.

  3. De la T-1 a la terminal del AVE de Atocha: Profesionalidad y aplicación correcta de la tarifa «plana» de 30 euros

    De la T-1 a la terminal del AVE de Atocha
    De la T-1 a la terminal del AVE de Atocha - abc

    Guten Morgen». Primer taxi de la mañana en la T-1, la terminal a la que más extranjeros llegan. Desde la cola de los taxis nos ofrecen uno. Llevamos una maleta pequeña que el taxista -un veterano de unos 60 años- deposita amablemente en el maletero. Nos abre la puerta. «Atocha, AVE», decimos con un marcado acento alemán. «Muy bien», contesta el taxista, que inmediatamente marca la tarifa 4 en el taxímetro.

    Es la tarifa adecuada, ya que el recorrido va desde el aeropuerto a un destino dentro de la almendra central marcada por los límites de la M-30. Desde un primer momento, el luminoso indica los 30 euros. El taxista es cordial y su vehículo está limpio. Hablamos en alemán en todo momento. Cuando se trata de una conversación telefónica, apaga la radio. Bromeamos con que en España «no hace frío», balbuceando palabras en español.

    Él sonríe y se muestra educado mientras conduce por el camino más corto y rápido. Es decir, M-14, M-40, M-30, Conde de Casal, Avenida de la Albufera y Atocha. En 14 minutos nos deja en la Puerta de Atocha. Nos ha cobrado bien. «Die Rechnung, bitte» (el tique, por favor), decimos. Nos lo entrega de impresora y perfectamente detallado.

  4. De Plaza España a la T-1: un taxista despistado con los nuevos precios en su primer trayecto a Barajas

    Un taxista corrige la tarifa para ir al aeropuerto, tras equivocarse
    Un taxista corrige la tarifa para ir al aeropuerto, tras equivocarse - abc

    Fue el último trayecto. De Plaza de España a la T-1. No comenzó bien ya que el taxista bajó la bandera con la tarifa equivocada. Marcó la 1 en lugar de la 4. A los pocos minutos, cuando estaba en plena plaza de Cibeles, se dio cuenta de su error. «Me he equivocado.

    Hay que poner una tarifa nueva de 2014», se afanó en explicar con un folleto de las nuevas tarifas en la mano. «Son 30 euros y nada más», nos dijo. El problema es que no sabía cómo marcar la nueva tarifa 4 en su taxímetro. Preguntó incluso por la emisora, pero no supieron indicarle qué botón pulsar.

    Visiblemente desesperado, pidió ayuda a un compañero que, finalmente, le indicó cómo hacerlo. Por el camino, directo y sin rodeos, le preguntamos interesados –fingiendo de nuevo ser alemanes– que si la medida es positiva para los taxistas. «Es buena para los clientes, porque evita la delincuencia. Hay taxistas malos que hacen recorridos más largos para sacar más dinero», intenta explicarnos.

    Cuando llegamos a la T-1 nos cobra correctamente y nos ayuda a bajar la maleta. No tiene ningún inconveniente en expedirnos un tique de impresora perfectamente detallado. Se despide sonriente.

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