Ciudades financieras, una fórmula en alza

Los coches que ci rculan por la A-1 hace tiempo que pueden ver ya la silueta de La Vela, el rascacielos emblema de la nueva ciudad financiera del BBVA, que se erige con su particularísimo perfil. El edificio, diseñado por los arquitectos suizos Jacques Herzog y Pierre de Meuron, es una auténtica ciudad vertical, con 19 pisos y 93 metros de altura, y que se acompañará por otros siete edificios más bajos, de tres alturas.

El BBVA ocupará una superficie de 114.000 metros cuadrados y allí concentrará a 6.500 empleados. Se prevé una inversión directa en esta nueva base de trabajo de la entidad financiera que superará los 620 millones de euros.

Algo común a este tipo de ciudades financieras es el cuidado extremo de la arquitectura y de la sostenibilidad de las construcciones. En el caso del BBVA, los edificios se ven rodeados de una zona verde que contará con 100.000 matorrales, 400 plantas colgantes y 450 árboles. Es, además, una zona verde comunitaria que casino precisa mantenimiento.

La Vela —nombre elegido por los propios empleados del recinto— tiene una original forma circular y está cubierta por una fachada de cristal. En sus instalaciones, contará con zona de restauración con varias opciones diferentes, que podrá superar el millar de clientes.

La nueva ciudad financiera del BBVA ha elegido para su emplazamiento uno de los nuevos desarrollos de Madrid, Las Tablas. Muy cerca, en esa misma zona, se encuentra otra de estas nuevas «superciudades de negocios», en este caso el Distrito C de Telefónica. En este caso, el proyecto arquitectónico es obra de Rafael de la Hoz. La obra se realizó en 2008 y los trabajos se prolongaron durante 36 meses. Ocupa una superficie de 380.000 metros cuadrados, de los que 140.000 son edificios.

En total, Distrito C está formado por trece edificios destinados a oficinas, cuatro de los cuales tienen diez plantas de altura —los situados en los extremos—, cuatro de cuatro alturas, cuatro de tres pisos y uno más, el «central».

En la ciudad de Telefónica hay una policlínica, bancos, una farmacia, una óptica, una peluquería, una tienda de móviles y hasta una sucursal de unos grandes almacenes.

Aquí la empresa ha reunido a todos los recursos de la compañía, a la busca de eficiencia en la gestión y ahorro en estructura.

Telefónica ha invertido más de 500 millones de euros en su Distrito C. Para financiarlo, la compañía ha vendido o alquilado algunos de los inmuebles que poseía en la ciudad. Por allí pasan nada menos que 14.000 personas, entre trabajadores y visitantes. No es extraño que Metro le abriera incluso su propia parada, Ronda de la Comunicación.

Es un «complejo verde», cuyo diseño permitirá ahorrar en climatización un 15 por ciento en invierno y un 34 por ciento en verano, reduciendo las emisiones de CO2 en unas 5.000 toneladas al año.

Además, las fachadas de doble piel de vidrio de los edificios permiten también ahorrar en iluminación. Y tiene instalada sobre sus cubiertas uno de los mayores parques productores de energía solar de Europa, con 16.600 paneles fotovoltaicos. El complejo ha ganado el premio de mejor Obra Internacional en la XI Bienal de Arquitectura y el premio Aedip 2009.

Aún con las obras en marcha en su parcela de Juan Ignacio Luca de Tena, el Banco Popular ha elegido esta zona norte de Madrid, junto a la A-2, para reunir sus instalaciones. De hecho, ya tiene abierto y en servicio el Edificio Abelias, la sede tecnológica de la entidad financiera. Son 52.495 metros cuadrados de superficie edificada en 10.565 metros cuadrados de parcela.

En el Abelias hay capacidad para 1.700 personas. Tiene seis plantas en altura mas tres bajo rasante. Se ha buscado un entorno de trabajo agradable, donde prevalezca la luz natural sobre la artificial y existan amplios espacios abiertos.

Es, además, un edificio respetuoso con el medio ambiente, ahorrando energía y reduciendo el consumo de agua gracias a su diseño. Por todo ello, también este edificio ha recibido una mención: la calificación de liderazgo en energía y diseño sostenible, conocida como Certificación LEED, que otorga el U.S. Green Building Council.

El Abelias cuenta con aparcabicis y vestuarios,_un 90 por ciento de espacios de trabajo con luz natural, cuenta con un programa de recogida y almacenamiento de todo tipo de residuos para su reciclado, y tiene además con sistemas de captación y reutilización del agua de lluvia para el riego.

La pionera en esto de las ciudades financieras fue la Ciudad del Santander, que ocupa 250 hectáreas en Boadilla. Allí está desde 2004, con nueve edificios de oficinas y una amplia oferta de servicios para sus trabajadores. Esta auténtica ciudad es el lugar de trabajo de 6.800 empleados. Dentro hay dos centros de procesos de datos, uno de formación por el que pasan cada año miles de profesionales del grupo, una residencia para empleados y otras instalaciones pensadas para hacer más fácil el día a día de los empleados.

Por ejemplo, allí funciona la escuela infantil más grande de Europa, varios restaurantes y una gran instalación deportiva donde poder practicar fitness, natación, pádel, baloncesto, fútbol 7 y 11, voleibol, voley-playa, y por supuesto, golf. Hay líneas internas de autobuses para comunicar los distintos edificios del complejo, que fue diseñado por el estudio de Kevin Roche y John Dankeloo.

La Ciudad del Santander se convirtió en la segunda mayor obra ejecutada en Europa en el año 2003. Tiene sus propias tiendas de alimentación, droguería y perfumería, una peluquería, tintorería... El Santander concentró aquí los 25 inmuebles en que hasta entonces tenía repartidas sus sedes por la capital.