El motivo es puramente matemático: en el del Niño se reparten37.920 premios por los 15.304 del de Navidad. A igualdad de cantidad de números, 100.000, hay más del doble de probabilidad que haya uno de ellos que sea premiado.
Eso no va paralelo al dinero que se obtiene. En la Lotería del Niño hay 770 millones en premios, lo que supone un 70% de la emisión total, mientras que en el de Navidad hubo 2.590 millones. Sin embargo, la forma en la que se reparte ese dinero en los décimos hace que sea más probable ser agraciado... aunque sea con menos dinero.
Y es que otra de las diferencias es que en la Lotería de Navidad se destina un 10% de los premios al reintegro, mientras que es casi un 30% los que se dan en el Niño. En términos absolutos, la probabilidad de que toque algo en la Lotería del Niño es de un 7,82%, aunque sea menor, mientras que en el de la Navidad es de un 5,3%.
Sin embargo, en caso de tocar uno de los premios importantes, ese va a ser mayor en la Lotería de Navidad. El Gordo, por ejemplo, deja 400.000 euros al décimo, mientras que en el Niño son 200.000.
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