Lotería de Navidad 2012: Ritual mágico en Alcorcón para que caiga el Gordo
La médium contratada por los loteros de la Administración La Mexicana celebra una ceremonia con polvo de diamantes y hierba santa para que vuelva a tocar el premio
Victoria Braojos es conocida por ser la médium de la Administración de Loterías nº8 de Alcorcón, La Mexicana, contrataron en 2010. Aquel año, celebró un ritual mágico y los loteros vendieron El Gordo de Navidad . También este año Victoria ha repetido el ritual y se muestra convencida de que este sábado Alcorcón volverá a brindar con champán. Explica su secreto para ABC.es.
«Determinado tipo de personas tienen más posibilidades de atraer la suerte que otras. Se nota en el brillo de sus ojos», afirma Victoria. Pero la suerte no es eterna: «Puede cambiar. Es como nacer con un tesoro en las manos , si no sabes administrarlo, la fortuna se acaba. Si uno es honesto, la suerte estará de su lado. Si no lo es, simplemente desaparecerá».
La joven médium viste de negro . Tiene melena morena, recogida en un moño, ojos rasgados y pardos. Su voz irradia energía. Una energía que es capaz de canalizar, expandir y contagiar a través de las herramientas que utiliza: materiales como el oro o el diamante para capturarla.
«La energía nunca se destruye, se transforma. Si te levantas por la mañana pensando que vas a conseguir lo que te propones, sin duda lo conseguirás. Todo es actitud». Esa es su gran arma: tener las ideas muy claras y estar convencida de que sus pensamientos se convierten en acciones, y las acciones en un destino.
Agustín Rubio, el dueño de La Mexicana, desprende la misma vitalidad que Victoria. Él siempre creyó que si se lucha por las ideas se acaban materializando en historias reales. No es cuestión de suerte, ni de magia, ni de probabilidad, sino de creer en las convicciones personales.
«Vienen porque necesitan una ilusión, algo en lo que creer, un sueño que construir»
«Los vecinos no vienen a mi tienda a comprar la Lotería de Navidad porque buscan dinero. Vienen porque necesitan una ilusión, algo en lo creer, un sueño que construir». El mismo sueño que Agustín compartió ante las cámaras de toda España cuando abrazó a Victoria y ganaron el Gordo en 2010 , o cuando su padre repartió otro premio de diez millones de pesetas en 1990, o cuando su pequeña Mexicana de Alcorcón dio un quinto, o cuando mira la foto de sus dos pequeños en la pantalla de su móvil y con una sonrisa pegada a la boca dice: «Esta es mi verdadera suerte».
Victoria y Agustín acaban el café claro en el bar de al lado de su despacho de lotería. Entran en la administración, la tienda de la suerte. Todos están a la expectativa de que la médium empiece la ceremonia.
Cerillas e incienso
Ella espolvorea polvo perfumado de diamantes en una vitrina en la que hay todo tipo de santos. Con una cerilla prende una barrita de incienso en el altar de los santos y en otro altar, este repleto de velas. Victoria es una mujer cristiana, escritora de dos libros relacionados con los fundamentos de la magia, presidenta del Museo de la Baraja, y una gran viajera. Recorrió varios países árabes y Haití para observar los entresijos de otras culturas. Se llevó consigo su pequeño secreto a Alcorcón. Habla árabe e inglés. Es una mujer de mundo.
Mientras relata sus experiencias en rincones alejados de la Plaza Constitución 22, esparce el polvo de diamantes en las ramas del pequeño arbusto que está en una maceta verde sobre una mesa blanca dentro de la tienda. Le llaman el árbol de los deseos, es la novedad del ritual de este año. Victoria y Agustín llevan tres años creando magia. «El primer año hicimos un altar para que la tienda se cargara de energía. El segundo apostamos por un proceso de magnetización en el que la gente se unía para crear una energía más fuerte. Usamos un caldero de laureles lleno de aguas florales y ramas. Este año nos hemos decidido por un árbol que da crecimiento y mantiene lo que hemos conseguido en otros años».
Cubre la tierra con billetes de quinientos, cien y veinte euros. Simbolizan el dinero
Victoria se acerca al árbol, vuelve a soltar el polvo de diamante perfumado en sus ramas. Prepara la tierra con aceite, agua, hierba santa y almizcle. Pronuncia unas palabras que nadie entiende. Cubre la tierra con billetes de quinientos, cien y veinte euros. Simbolizan lo que buscan: dinero. El tiesto está rodeado de velas. Los clientes tocan el árbol con sus décimos. Decenas de personas realizan el ritual al mismo tiempo en Facebook.
El ceremonial se acaba. Los clientes salen con sus décimos. Sus números están mojados por el perfume, huelen a incienso. Piensan qué harán si les toca el premio: «Si no compras la lotería no puedes tener ilusión» . Esa es la lección que Agustín ha aprendido tras tantos años de vender boletos en su pequeña tienda. Así es cómo se vive un segundo de magia en Alcorcón.
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