Román Oyarzun, Embajador de España ante la ONU

«Con el auge de los populismos, la ONU va a ser más necesaria que nunca»

/ JAVIER ANSORENA / CORRESPONSAL EN NUEVA YORKIr al artículo
Román Oyrrzun
Román Oyrrzun
PolíticoComunidad de MadridEntre 51 y 60 años

Después de una amplia carrera, ¿sigue siendo igual de creyente en la diplomacia?

Más creyente todavía. Es muy conocida la frase: «Gracias a la diplomacia, se evitan un montón de conflictos que pasan totalmente desapercibidos». Es una crítica habitual a la ONU. «¿Para qué sirve?», «¡no logra nada!». Pero lo cierto es que impedimos muchos conflictos potenciales con las 16 operaciones para el mantenimiento de la paz que tenemos en marcha y gracias a muchas mediaciones.

¿Cómo es el día a día del embajador ante la ONU?

Es muy distinto si es en un momento con asiento en el Consejo de Seguridad, como en los dos últimos años, o sin él. Con él, lo definiría como intenso y apasionante. Trabajas todas las horas desde que te levantas hasta que te acuestas, no puedo ni debo pasar más de diez minutos sin mirar el teléfono. Y es muy variado: pasas de lidiar con Alepo o los derechos humanos en Crimea a temas de no proliferación o de presupuestos de la ONU

¿Importan las relaciones personales dentro de la ONU?

Yo le doy muchísima importancia, sobre todo en el Consejo de Seguridad. Hay asuntos en los que un embajador es un aliado para una cuestión y al día siguiente puede no serlo. Las buenas relaciones facilitan la discrepancia y se logran consensos mucho mejor.

Se critica la rigidez de la ONU para tomar decisiones…

Buscar consensos lleva tiempo. El impacto de las decisiones es más alto cuanto más apoyo tengas, y el proceso es lento. Hace treinta años el Consejo adoptaba una o dos resoluciones al año. Ahora son unas cincuenta.

¿Qué ha sido lo más destacado de estos dos años de España en el Consejo de Seguridad?

Han sido apasionantes, nos hemos ganado un reconocido respeto por parte de los otros miembros del Consejo. Hemos conseguido logros importantes sobre metodología de trabajo para que el organismo sea más eficaz. Por ejemplo, la «fórmula Toledo», en la que los no miembros pueden acceder a información que antes no podían.

¿Cómo afectará el auge de los populismos en Estados Unidos, Reino Unido o Francia a la labor de la ONU?

Los populismos son manifestaciones de descontento. Y el bilateralismo puro acaba produciendo desequilibrios mayores. Con el auge de estos movimientos, la ONU va a ser más necesaria que nunca.

Pero es preocupante, afecta a actores principales…

En Naciones Unidas hay muchos actores principales. Y la inmensa mayoría de los 193 estados supone un cimiento fuerte para soportar los traqueteos de los próximos años.

Ahora se estrena Antonio Guterres.

Es una persona extraordinaria, la que necesitamos para estos tiempos complicados. Estamos encantados de que un ibérico esté al frente de la secretaría general.

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