arets&letras
Laboratorio para la ciudad soñada
El papel de la Biblioteca de Castilla-La Mancha en el debate ciudadano
por maría josé muñoz
Qué mejor compañía que la de los libros para hablar, dialogar, exponer y debatir sin acritud desde los más variados puntos de vista sobre la ciudad del futuro, la ciudad amable que facilite y no enloquezca la vida de sus moradores. Es esa ciudad inteligente ... construida en nuestra mente y que tantas veces echamos de menos en la rutina diaria cuando caminamos por sus calles y sufrimos los problemas inherentes a vivir en comunidad, junto a los otros, a veces extraños semejantes con los que tropezamos y seguimos adelante sin saber nunca más qué será de sus vidas.
De eso precisamente, del futuro de la ciudad con mayúsculas, se hablará durante dos meses en la Biblioteca de Castilla-La Mancha, en el marco de un interesante ciclo de conferencias-debate que -por estar su sede en el histórico baluarte del Alcázar- lleva por título «El Toledo que queremos, el Toledo que soñamos» (visiones e ideas sobre Toledo), debate que perfectamente podría aplicarse a cualquier ciudad española o castellano-manchega. Un ciclo que se organiza para conmemorar el XV Aniversario de la Biblioteca regional y que acaba de arrancar con la intervención del prestigioso filósoso José Antonio Marina, quien, antes de comenzar su conferencia, fue nombrado socio de honor del centro.
El director de la Biblioteca Regional, Juan Sánchez, animó a los ciudadanos a participar de forma activa en ese gran debate que debe inaugurar una nueva era en el ámbito cívico, una puesta en común de ideas donde la biblioteca sirva de motor a ese proceso de mudanza intelectual. Dar el protagonismo a los ciudadanos en este caminar hacia la ciudad que está aún en pespectiva, es uno de los objetivos que persigue el ciclo recién inaugurado. Quizá por ello ningún político en activo participe en el mismo, aunque sí lo hagan otros que ejercieron responsabilidades públicas y que ahora, con ese bagaje pero con otra mirada, pueden orientar y asesorar hacia el objetivo que se persigue.
Que el primero en intervenir en este gran debate haya sido un filósofo experto en temas de educación, ofrece una clara pista de por dónde hay que caminar. Y así lo expuso José Antonio Marina, Medalla de Oro de Castilla-La Mancha, en la concurrida conferencia que pronució en el Alcázar de Toledo el 8 de mayo pasado y que tanto interés suscitó entre los presentes. Continuará el ciclo con conferencias-debate que tendrán lugar todos los lunes.
Sobre el caso concreto de Toledo, el filósofo José Antonio Marina subrayó que «cuando en una ciudad el peso del pasado es muy fuerte, resulta muy difícil liberarse de ese peso, y algo de eso sucede en Toledo». A su juicio, el rico pasado de la ciudad, su historia, su arte labrado durante siglos, debe servir de «trampolín», nunca de «refugio», para andar el camino hacia el progreso.
«Esta Biblioteca nos está diciendo cuál puede ser el camino: convertirse en lugar de creatividad, en impulsora del debate». Después de dejar claro ante su audiencia que «las ciudades que no leen son más vulnerables» y, por ende, más fácilmente manipulables, Marina ahondó en el debate aludiendo a la existencia de dos clases de entornos, los que favorecen la inteligencia y los que la obstaculizan. A su juicio, los objetivos que debería cumplir una ciudad con talento, la «ciudad inteligente», son tres.
El primero, que el vivir en ella sea algo placentero, agradable, para lo que debe disponer de los servicios básicos necesarios que, además, funcionen correctamente. Otro objetivo es que la relación entre los vecinos sea «la mejor posible» en todos los ámbitos, y el tercero, que el hecho de vivir en esa ciudad genere mejores expectativas de vida y bienestar que en otras; es decir, «encontrar el caldo de cultivo idóneo para la actividad que se quiera desarrollar».
Opina el filósofo que para que Toledo sea una ciudad «de talento» se deberían fomentar «redes de convivencia». Pero, para ello, hay que determinar cuáles son los puntos fuertes de la ciudad. «¿Qué esperamos de Toledo, cuáles son sus fortalezas?», se preguntó ante un atento auditorio José Antonio Marina, que rechaza un Casco Histórico en peligro de convertirse «en un mero parque temático en lugar de ser algo vivo que genere progreso y bienestar. Al mismo tiempo que aprovechamos la riqueza monumental, deberemos hacer lo mismo con el desarrollo de sus industrias culturales: bibliotecas, museos, editoriales, artistas, libreros...». A su juicio, la mayor aportación que ha hecho España al progreso de Europa es la Escuela de Traductores de Toledo. Ahora, la figura universal del Greco, que tanto interés suscita en todo el mundo, es la «fortaleza» que debe abanderar el pulso de la ciudad.
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