Los cineastas lamentan el cierre de salas de cine en Madrid

Cuatro directores y productores cuentan a ABC la tristeza que genera en el sector la desaparición de los cines de Madrid

Actualizado:07/10/2013 15:25h Guardar

Cuatro directores y productores cuentan a ABC la tristeza que genera en el sector la desaparición de los cines de Madrid

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Gracia Querejeta, directora
La directora de cine, Gracia Querejeta - ABC
«’Una estación de paso’, mi primera película, se estrenó en los Renoir Cuatro Caminos, así que estos cines y Enrique González Macho están muy estrechamente vinculados a mi carrera», recuerda nostálgica la directora madrileña. El cierre de su distribuidora y ahora de los cines ubicados entre Chamberí y Tetuán «ha sido como un funeral». Para ella, lo que tenían de especial los Renoir era que daban «cine en mayúsculas, vestido para un espectador que quiere ver buenas películas. Ibas allí con la garantía de ver algo selecto. Era una experiencia tan apetitosa como comerse una trufa buenísima», afirma.
El cierre de los Renoir Cuatro Caminos va muy ligado al de Alta Films, que tuvo lugar antes del verano. Con ella distribuyó Gracia Querejeta sus dos primeras películas y cree que sin ella el cine nacional se queda sin una «cantera» de nuevos talentos.
Gerardo Herrero, productor y director
El productor y director de cine, Gerardo Herrero - ABC
«Eran los cines, junto con los Princesa, a los que más veces he ido en los últimos 15 años. Habré visto más de cien películas en los Renoir Cuatro Caminos», confiesa el director y productor Gerardo Herrero, quien valoraba especialmente «la sala 2 y, sobre todo, la sala 3, que me gustaba mucho por su tamaño y porque proyectaba las de versión original». Herrero acudía habitualmente a la zona, a una parada de metro de su casa, para saludar allí «a mucha gente del cine. Tenía un hall muy amplio de entrada que propiciaba esos encuentros con amigos». El productor de «15 años y un día», con la que España lucha por el Oscar este año, solía visitar la sala los viernes y sábados por la noche, y también los domingos, después de comer, con sus hijos: «Sus primeras películas en versión original las vieron allí», recuerda.
Gerardo Herrero confía en que la oleada de cierres de cines en Madrid no acabe con la versión original en la capital. «Sería una catástrofe cultural, propio de un país bananero», afirma. Y coincide en afirmar que «es una pena que se permita que pase eso, que no se incentive el consumo, que se permita la piratería y que los responsables de este expolio cultural se vayan de rositas sin que nadie haga nada».
Daniel Sánchez Arévalo, director
Daniel Sánchez Arévalo durante la presentación de su última película, «La gran familia española» - EFE
El director de «La gran familia española» (todavía en salas) o «primos» tiene una estrecho grado de vinculación afectiva con Alta Films, la productora de Enrique González Macho, también propietario de los Renoir. «Mis dos primeras películas las distribuyó él, y consiguió que 'Azuloscurocasinegro' estuviera casi un año proyectándose en salas. Para mí era una sensación maravillosa saber que cualquier persona que quisiera podía ver mi película en un cine», cuenta. «Algo así es imposible de pensar ahora. Lo que hacía la productora y las salas de González Macho tiene mucho que ver con el amor al cine, con confiar en una película. Nos daba acceso a un tipo de cine que no era meramente comercial, pero que nos ha cultivado como profesionales y como personas».
Sánchez Arévalo teme que las salas de cine «acaben siendo como los discos de vinilo, algo solo propio de coleccionistas. Es una pena que la gente esté perdiendo el hábito de ir al cine».
Agustín Díaz Yanes, director
El director de cine Agustín Díaz Yanes - ABC
«El cierre me parece terrible, esa es la palabra que mejor lo define. Hay que tener en cuenta que no solo lo es para el espectador al que le guste ese tipo de cine, independiente, sino también para nosotros, la gente del cine, y, en mi caso personal, porque soy muy amigo de Enrique González Macho, y siempre he estrenado en los Renoir mis películas, desde la primera, ‘Nadie hablará de nosotras cuando hayamos muerto’». Díaz Yanes cree que «lo que debía ser una auténtica ciudad cultural como Madrid va a terminar por convertirse en un sitio donde no exista nada. Supongo que la culpa la tendrán miles de cosas, desde la piratería, la tendencia a ir menos a cine, las televisiones que no compran cine independiente... ¿La solución?, pues no lo sé, supongo que tendría que cambiar todo esto, y eso es muy difícil».
Para el director, el alza del IVA cultural es el que «ha terminado por destrozarlo todo. Para las salas ha representado una caída a los infiernos. Nos hemos quedado en una ciudad que, a diferencia de París, Londres o Berlín, no va a tener cines de versión original, lo cual me parece tremendo, nos va a llevar a un déficit cultural terrible». Díaz Yáñez confía en «que se pueda reconducir esta situación, pero cuando cuando se rompe el tejido de una industria, lo que se ha perdido se ha perdido y es casi imposible de recuperar, como que vuelvan a abrir estos cines. Más bien ocurre lo contrario, que sigan cerrando salas».