La prostitución se mantiene en Alcalá de Henares
A pesar de la «superordenanza» dictada por el Ayuntamiento hace tres años, que la «castigaba» con hasta 3.000 euros de multa, en la M-300 se pueden ver meretrices a diario
El verano de 2010 el Ayuntamiento de Alcalá de Henares fue pionero entre las administraciones de la Comunidad. Aprobó en el Pleno municipal una «superordenanza» , como así se llamó, por la que «castigaba» la prostitución con hasta 3.000 euros de multa. Tanto a las mujeres que la ejercían, como a los clientes que pagaban por sus servicios, siempre que se encontraran a menos de 200 metros de zonas residenciales, centros educativos o comerciales, incluidos los polígonos industriales.
La medida tenía el objetivo de que la prostitución desapareciera de los aledaños de la ciudad. Pues bien, tres años después de aquella decisión tomada por el Gobierno municipal del PP, el resultado no ha sido lo más satisfactorio posible. Sigue habiendo prostitutas . Aunque eso sí, cada vez menos.
Dos factores, explican testigos que pasan a diario por la carretera M-300 -donde se concentran-, son la causa de su menor presencia . El primero, la «superordenanza»: «Es verdad que gracias a ella se logró frenar un poco». Y el segundo son las obras que hasta hace unos meses había en la carretera. Esto, dicen los mismos testigos, «dificultaba tanto a las prostitutas como a los clientes que paraban a recogerlas».
La M-300 es la carretera que conecta la A-2 con Alcalá . Incrustada en el barrio de Los Gorriones, las prostitutas se sitúan entre el polígono industrial El Juncal y el Auditorio de Música. Son, fundamentalmente, de origen africano y rumanas . Su presencia es mayor durante la noche, aunque por el día también hay. Están a la vista de cualquiera. Incluso, dicen personas que circulan por la zona, «la Policía y la Guardia Civil también las ven, pero no hacen nada ».
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