20 grupos de la izquierda radical agitan el 23-F

Los investigadores han constatado en los últimos meses un repunte, si no cuantitativo, sí cualitativo de la acción violenta de estos grupos. Muy especialmente, a partir de la huelga general del pasado 14 de noviembre , cuando un joven de 21 años, presuntamente el conocido como «Alfon» , con un artefacto casero, pero con abundante tornillería (a modo de metralla). A diferencia de lo que venía sucediendo hasta entonces, se trataba de una bomba casera capaz de provocar heridas muy graves o incluso la muerte.

«Alfon» es uno de los 70 miembros violentos de los hinchas del Rayo Vallecano, los «Bukaneros» , que cuenta con una nómina total de socios de 300 personas. Precisamente este grupo es el que la Policía señala como el más activo en estos momentos. En su seno se alojan las Brigadas Antifascistas.

Nuestros informantes apuntan a que entre 250 y 400 personas engrosan estas veinte siglas: Contrapoder, con presencia universitaria; Rash (autodefinidos como skin head anarquistas)… Del total, 18 se agrupan en la Coordinadora Antifascista, que lograron gran protagonismo y presencia en las calles tras la muerte de Carlos Palomino, de 16 años, en un convoy de Metro a su paso por Legazpi. Lo acuchilló un militar ultraderechista, Josué Estébanez de la Hija, actualmente en prisión por estos hechos.

Dentro de la Coordinadora Antifascista y calentando la calle, además de Rash y los Bukaneros, encontramos a Izquierda Castellana, los comunistas de Estrella Roja, los okupas de La Traba, los anticapitalistas de Yesca, La Plataforma, Iniciativa Comunista, Colectivos de Jóvenes Comunistas…

La mayoría tienen sus puntos de reunión en Vallecas y Lavapiés, precisan nuestras fuentes. No están ligados a organizaciones sindicales de clase democráticas, como CC.OO. o UGT; todo lo contrario. Suelen utilizar –como ocurrió durante la huelga general- esas convocatorias totalmente legítimas como coartadas para generar una espiral de violencia, como ocurrió al término de la gran manifestación del 14-N por la zona de Atocha y el paseo del Prado. Quemaron contenedores, destrozaron cristaleras de bancos, atacaron a los «antidisturbios»… Todo planificado en la sede de los «Bukaneros», que esa misma madrugada fue registrada y de donde se incautaron artilugios para «quemar» las calles.

Por eso, la convocatoria del sábado, que tiene autorización de la Delegación del Gobierno, se presume tensa. Muy tensa. En ella trabajarán 33 grupos de antidisturbios, unos 1.650 agentes, a los que habrá que sumar efectivos de Información, Seguridad Ciudadana, distrito de Centro y Policía Municipal. Unos 2.000 funcionarios que vigilarán que la marcha discurra del modo previsto.

Twitter ya está echando humo. El Movimiento 15-M de Valladolid, la CGT y Attac son algunos de los colectivos que están arengando a participar en la manifestación. Sus verdaderos convocantes son Izquierda Anticapitalista, Equo, la Plataforma contra la Impunidad de los Crímenes del Franquismo y el Movimiento FUE de Unión de Empleados Públicos.

Estos grupos y partidos esperan que 600.000 personas participen en la protesta. La Policía sabe que serán muchos menos. Pero a nadie se le escapa que los más violentos y radicales intentarán reeditar la “toma” del Congreso de los Diputados, como ya ocurrió el pasado 25 de septiembre y días posteriores.