Motivos ideológicos

Que el aborto haya pasado en España de ser un delito despenalizado a un derecho, además de ser muy cuestionable, no quiere decir en absoluto que interrumpir voluntariamente un embarazo sea algo bueno y que deba ser promovido por las instituciones. Es terrible que una mujer opte por abortar, y más si es por motivos económicos.

Al margen de discusiones filosóficas sobre cuándo comienza la vida, Red Madre y Centinelas están prestando ayuda a chicas que quieren tener a su hijo pero carecen de recursos. No les preguntan a qué partido votan, dónde rezan o cuál es su filosofía de vida. Les dan pañales, alimentos y asesoramiento sobre ayudas públicas, pero eso no es suficiente para los gobernantes de Compostela Aberta. Lo sería si perteneciesen a colectivos afines o si careciesen un posicionamiento sobre el sentido de la vida, porque a esta izquierda, que se considera nueva, no le gusta que haya entidades que piensen diferente. Hemos pasado del «no te metas en política y vivirás tranquilo» del franquismo al «oculta tus creencias, evita problemas» de las Mareas.

Dicen defender el laicismo y el respeto por todas las opciones, pero de lo que hacen bandera es del ateísmo, porque como ocurría en las dictaduras del proletariado, quieren ciudadanos que no se planteen preguntas y obedezcan ciegamente a sus dirigentes. Si aspiran a ser realmente modernos, lo primero que tienen que hacer es asumir que cuando una mujer está embarazada y carece de recursos para sacar adelante a su hijo la obligación de las instituciones es ayudarla a salir adelante, y no enseñarle el camino a la clínica abortista. Dicen ser nuevos pero recuerdan cada vez más a la izquierda fracasada y al relativismo moral del siglo pasado.