Carlos Negreira: «La Coruña es la ciudad con más corazón social de Galicia»

—¿Qué rumbo ha tomado la ciudad estos cuatro años?

—Ha sido capaz de abordar problemas que arrastraba desde hace años en el peor momento económico. Todos hablaban de la Tercera Ronda, pero se ha hecho ahora. O la ampliación de Alvedro, la Fábrica de Tabacos, las urgencias del hospital, las Conchiñas y su aparcamiento, el tapón de tráfico en el Castrillón... Muchos viejos problemas que hemos ido superando y otros están en vías de solución. Hay un antes y un después. Hoy Coruña es un socio de confianza para los inversores, recuperamos el ritmo en la actividad económica y somos la única ciudad que mejora en términos de empleo. Eso nos tiene que dar optimismo.

—Ha anunciado que sólo gobernará cuatro años más. ¿Qué proyectos tendría para ese último mandato?

—Cuatro años para seguir profundizando en una ciudad con mayor bienestar y servicios sociales. Es nuestra prioridad. Que nadie quede atrás. Y generar oportunidades para los más jóvenes y quienes puedan ver peligrar su empleo. Tenemos que darle más actividad económica a la ciudad. Se puede hacer. Queremos un nuevo pacto local por el empleo. Y tenemos que seguir limando las diferencias entre barrios. Hemos hecho cosas, pero quedan otras pendientes. Todos nuestros barrios deben ser de primera.

—La oposición le reprocha el abandono de los barrios.

—Nueve de cada diez euros han ido a los barrios. Yo les he invitado a que vayan a los barrios y se den cuenta de las inversiones en Palavea, Labañou, Los Rosales, San Pedro de Visma, Eiris... Todos han tenido mejoras en equipamiento y calidad urbana. Si dicen eso es que salen poco de las sedes de sus partidos.

—La tasa de paro de La Coruña está en el 17%. ¿Tiene la ciudad una mayor resistencia a la crisis?

—Entre todos los sectores hemos logrado generar un poco más de confianza, de complicidad, para combatir el desánimo de la crisis. Hemos activado lo mejor de nosotros para incentivar la actividad económica. Y no era fácil, porque veníamos de un bipartito que incrementó el paro en un 60%.

—Dicen que la época de las grandes obras quedó atrás, pero su ciudad en este mandato ha inaugurado dos, la Marina y la Tercera Ronda...

—... y la ampliación de Alvedro, y la Fábrica de Tabacos. Hay obras pendientes desde el siglo pasado. Por ejemplo, la batalla del peatón con los coches en el corazón de la ciudad. Y por eso resolver la Marina, Parrote y Ciudad Vieja, con 155.000 metros cuadrados para todos los ciudadanos, soterrando el tráfico, era clave. Va a ser un éxito colectivo. Esto es de todos. Y la Tercera Ronda se comenzó en 2008, pero cuando yo llegué estaba ejecutada al 13%. Tengo que agradecer a Ana Pastor y a Alberto Núñez Feijóo su compromiso con la ciudad. En estos cuatro años se han invertido más de 600 millones de euros en las infraestructuras de Coruña. Son la antesala del empleo.

—Hay voces que dicen que La Marina ha sido un despilfarro.

—Las mismas voces que no fueron capaces de hacerlo cuando ellos lo plantearon en el pasado. Con una diferencia: ellos querían un aparcamiento y nosotros hemos creado una oportunidad para los vecinos y visitantes. La Ciudad Vieja va a poder salir del maltrato que algunos le infringieron. La maqueta de la Marina nos la enseñaron muchas veces en los noventa, y hemos venido en la peor época económica para ejecutarla. Era un ahora o nunca.

—¿El reto pendiente es el traslado de la refinería a Punta Langosteira?

—Tenemos que aprovechar la oportunidad de contar con dos puertos, interior y exterior. Ese traslado nos va a permitir que no haya petroleros en la ría, eliminando los riesgos derivados, y recuperar unos terrenos que deberían ser una oportunidad para nuevas actividades económicas. Además, podremos levantar el oleoducto que cruza la ciudad. Pero mire una cosa: en Europa se cierran refinerías. En Coruña, Repsol va a invertir 125 millones para hacer un hub energético en el Puerto Exterior.

—¿Eso podría entrar en estos próximos cuatro años?

—El objetivo es que gran parte de Repsol ya esté trasladado en este tiempo que viene. Pero lo esencial es acertar con el proyecto que ocupe ese lugar. Un año más o menos no nos puede preocupar.

—Alvedro. El PSOE de Vigo le acusa de potenciarlo, el PSOE de La Coruña de hundirlo. Algo falla.

—El aeropuerto que más creció en 2014 fue Alvedro. Dato objetivo. Hemos trabajado en un momento muy delicado, con la quiebra de Spanair, que nos hizo perder un tercio de los pasajeros. Acertamos en traer la séptima base de Vueling, y reforzando la apuesta con Globalia. Los acuerdos con el resto de operadores dan la diversidad que queríamos. Y si a Alvedro le va bien, a otros sectores también.

—La principal crítica del PSOE son recortes sociales y provocar sufrimiento en las personas.

—Es una pose de la izquierda, que no concibe cómo este gobierno ha tenido un gran corazón social. Ahí están los datos. Somos la ciudad que más invierte en gasto social, un 26% más que cualquiera de las otras seis. Implantamos la gratuidad en las escuelas infantiles para personas sin recursos, abrimos el primer centro de día municipal en el Agra del Orzán, no tenemos lista de espera en las becas comedor tras duplicarlas, o triplicando ayudas para emergencia social. O hemos puesto 72 viviendas a disposición de familias en necesidad. Tengo mucha satisfacción por ser la ciudad más solidaria de Galicia.

—¿El PSOE le daría la Alcaldía de La Coruña a la Marea?

—Sí. El lema del PSOE es que no gobierne el PP. No comparto en pleno siglo XXI que todo un PSOE tenga un discurso contra nadie, o que nos compare con Bildu. Eso no se lo perdono. Me parece ir contra el sentido común, contra militantes de su partido y el mío que dieron su vida por la defensa de las libertades. Es la muestra de la falta de rumbo del PSOE, y les va a llevar a cuotas residuales en esta ciudad.

—¿Cuál es el proyecto de la Marea para esta ciudad?

—No tienen proyecto, no lo han mostrado. Sólo exhiben cuatro eslóganes vacíos. Rascas y no hay nada. Su estrategia es ir contra el PP, rechazar el turismo, desdeñar la economía como objetivo prioritario... Frases artificiales. Mala receta para el futuro.

—Su partido apela al votante moderado del PSOE. ¿Sería extensible a La Coruña?

—Yo planteo una gran coalición a esas personas que no militan en ningún partido, que no se identifican con nadie, pero votan cada vez pensando en construir un futuro. Es ese núcleo central de coruñeses que quiere ir a mejor, que haya proyecto, que no se improvise. Las ciudades que van a ganar la partida son las que tengan gobiernos estables, que apuestan por colaborar y no montar líos. El PP asegura esa estabilidad. Yo me dirijo a esos coruñeses que quieren vivir un poquito mejor, generar más bienestar, ganar oportunidades para sus hijos y nietos.

—Dice la izquierda que la estabilidad no es tan importante.

—España hoy tiene una ventaja competitiva sobre otros países: su estabilidad política. Y es un valor para el crecimiento económico. Si falta eso, habrá más paro y menos recursos para las personas y los servicios. A eso conducen los gobiernos de cuatro o cinco. Pero no tienen proyecto común, ni visos de tenerlo. Las diferencias entre ellos son demasiado grandes.