Manos vaticanas para limpiar el órgano de la Catedral de Santiago

El instrumento con el que Manuel Cela ha interpretado el Himno del Apóstol no menos de unas 5.000 veces se somete a una restauración que desempolvará sus mejores sonidos

Manos vaticanas para limpiar el órgano de la Catedral de Santiago miguel muñiz

abraham coco

Manuel Cela no exagera cuando asiente: ha debido de interpretar el Himno del Apóstol más de 5.000 veces. Muchas más. Veintitrés años y la mayoría de las grandes ceremonias que recuerde en la Catedral de Santiago, donde es el organista. Hasta primeros de noviembre, ... ha cambiado las imponentes cajas dieciochescas por un pequeño teclado electrónico mientras se restaura el enorme instrumento de las naves laterales. Tiene más de 3.700 tubos sonoros y unos 200 de adorno de todos los tamaños, que se acaban de retirar para ser limpiados porque la humedad y el polvo ya estaban provocando «que algunos registros no funcionaran, que algunas notas se quedarán sonando...». De este mantenimiento básico se encargará Mascioni, la veterana empresa italiana que cuida los órganos del Vaticano, desde la misma basílica de San Pedro a la sala Pablo VI, donde el Papa mantiene sus audiencias de los miércoles.

No se trata de una restauración profunda, «no se necesitaba», explica sobre el andamio en el santuario jacobeo Daniel Lorenzo, el canónigo que preside la Fundación Catedral, que costea los «no menos de 60.000 euros» de la obra. A lo largo de este mes, se están retirando «las mantas de polvo» que cubrían las tallas que se observan desde la nave central, ejecutadas a comienzos del siglo XVIII por el escultor Manuel de Romay sobre el diseño de Domingo de Andrade. «El estado de la pintura es bueno y solo había un pequeño punto de carcoma en el interior», detalla Lorenzo. Una vez que se finalicen los trabajos en este envoltorio barroco, será momento de actuar sobre el instrumento en sí, una pieza moderna, realizada precisamente por Mascioni en 1978.

En esa fecha, el cabildo decidió adecuar el órgano compostelano a la tecnología actual para facilitar la labor de Cela, al que ayuda Adrián Regueiro. Como la Catedral, también este instrumento tiene un uso frecuente: suena al menos en dos misas diarias, salvo en el silencioso Viernes Santo.

Concierto de celebración

Por el andamiaje, aspiradores o pequeños pinceles y un equipo de entre tres y cinco restauradores que van quitando la suciedad superficial de ángeles trompeteros o violinistas, de la imagen guerrera de Santiago, de la de Santiago peregrino arrodillado ante María y el Niño o del escudo del arzobispo Monroy, promotor del órgano. Después se arreglarán partes eléctricas deterioradas o se lubricarán elementos móviles, algo fiado a quienes mejor conocen sus tripas musicales. Un concierto demostrará entonces cómo recupera su esplendor.

Manos vaticanas para limpiar el órgano de la Catedral de Santiago

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