Poesía para aliviar las heridas de Angrois casi un año después

Un libro de versos homenajea a los vecinos de la tragedia del Alvia en Santiago

Poesía para aliviar las heridas de Angrois casi un año después miguel muñiz

abraham coco

05/07/2014
Actualizado 06/07/2014 a las 12:11h.

Esperan semanas de emocionados recuerdos e intensos homenajes en torno al primer aniversario del accidente ferroviario de Angrois, en el que murieron 79 personas —más una fallecida meses más tarde— y resultaron heridas 150 más. Este jueves se produjo el primero. En este caso, ... centrado en los vecinos de Angrois, el barrio donde el Alvia descarriló y por donde llegan los peregrinos que eligen la ruta del sureste. Esa coincidencia ha propiciado la publicación de un libro editado por la Asociación Amigos del Camino de Santiago de la Comunidad Valenciana, en el que más de cuarenta poetas llegan a lo ocurrido y a sus protagonistas a través de las metáforas de sus versos.

Todos de manera altruista, capitaneados por la presidenta de la asociación, la gallega Lita Fernández, que hizo suyas palabras del profesor Paolo Caucci para afirmar que «la tragedia, como cualquier otra cosa que ocurre en Santiago, es vivida por el peregrino como algo propio». De ahí esta iniciativa con la que se quiere además apoyar la candidatura de Angrois al Premio Príncipe de Asturias de la Concordia.

«Foi a morte / un cabalo desbocado / que chegou trabando e cuspindo / e tróuxonos o inferno», suena en la voz de Asun Estévez. Estaba de vacaciones en Suiza el 24 de julio de 2013 y allí compuso su poesía, que este jueves recitó en el acto de presentación al que también acudieron representantes de los dos colectivos de víctimas : Apafas y la Plataforma Víctimas Alvia 01455.

Secuelas físicas y psicológicas

Cristóbal González, presidente de los primeros, va de aquí para allá estos días para preparar los actos que un año después recordarán qué ocurrió en la curva de A Grandeira: una misa en la Catedral compostelana y un encuentro en la barriada con los lugareños que auxiliaron a los heridos en los primeros instantes y con los sanitarios , bomberos y cuantos profesionales participaron en las tareas de evacuación y atención.

«No hay noche que no volvamos a montarnos en el tren. No está siendo fácil. Aún nos quedan lesiones físicas y, sobre todo, psicológicas», explicaba González. Resumió en tres situaciones las secuelas del siniestro en los pasajeros: muchos continúan en rehabilitación, algunos con calvarios de operaciones quirúrgicas y todos con atención para las heridas que no se ven.

Arturo Domínguez, portavoz de la segunda agrupación, señaló que el accidente «se podría haber evitado» y de ahí «su lucha» para lograr, por este orden de prioridades, «verdad, justicia y reparación» . «Hay víctimas que no quieren recordar ese día» porque todavía no pueden ni hablar de ello, indica.

Y termina Abel Dávila: «Y otra desatinada luz, / la de las chispas inesperadas del acero rebelde, / en los ojos dormidos y en los ojos despiertos, / una vía inútil en paralelas de sangre». [...] «Sentimos un Santiago triste y la exacta e inservible velocidad del tiempo».