Las familias gallegas en riesgo de exclusión reciben el doble de comida en verano

Para evitar que los pequeños con menos recursos no coman en casa durante el verano, «igual que los demás niños», organizaciones sin ánimo de lucro, como la Fundación Amigos de Galicia, preparan campañas de ayuda. En concreto, esta entidad, con sedes en Santiago y Vilagarcía de Arousa, prepara cajas de alimentos para las familias con problemas económicos. «Es preferible ayudarles de forma directa», apuntan desde la Fundación.

Amigos de Galicia trabaja con los servicios sociales de los ayuntamientos. Las familias en apuros acuden a los servicios sociales municipales, que son los encargados de valorar su situación, y, si así lo deciden, los derivan a la Fundación. Una vez que se convierten en usuarios reciben un paquete mensual de alimentos básicos como leche, cacao, aceite, conservas, pasta, o productos frescos. Son los propios coordinadores de Amigos de Galicia los que acuden al ayuntamiento y realizan la entrega, de manera personal, a las familias. Los conocen. Para ellos son más que un rostro, detrás de cada familia está su historia, que conocen de primera mano. «La situación en sí es dramática. Hay niños que no tienen qué comer», relata Begoña Núñez, coordinadora de Amigos de Galicia.

«En verano, estas madres tienen que darles, además de desayuno y cena, una comida, y no tienen recursos para comprar los alimentos. Por eso, intentamos, a parte de que los productos sean básicos, reforzar el reparto con una mayor variedad y más completa», explica la coordinadora. Esta cantidad de comida casi se duplica en los meses de julio, agosto y septiembre. Yes que, de media, la Fundación reparte 129.000 kilos de comida al mes. Un reparto que se ve incrementado en el periodo estival, alcanzado los 256.000 kilos mensuales. En concreto, Amigos de Galicia destinó 43.000 euros a la compra de carne, pescado y fruta para reforzar la alimentación de estas familias en los próximos meses. Pero la colaboración de la entidad no se limita a la alimentación. Los coordinadores de Amigos de Galicia también hacen entrega de ropa o productos higiénicos. Ayudas todas, que sumadas a la posibilidad de hacer uso del comedor escolar en verano, facilitarán el día a día de los más necesitados.

Y todo ello no sería posible sin la colaboración desinteresada de anónimos y empresas que ceden sus productos, o realizan donaciones económicas. Paradójicamente y frente a la crisis, en los últimos años la Fundación vio cómo se duplicaban los fondos para ayudas. El presupuesto anual con el que contó la entidad en 2013 fue unos 2.000 euros, prácticamente el doble del que tenía en 2008.