Galicia

Tres siglos al frente de la botica

La farmacia Couceiro de Betanzos es el establecimiento más antiguo de Galicia que, tras pasar de padres a hijos por nueve generaciones, continúa ofreciendo tratamientos artesanales

Lidia rey - Actualizado: Guardado en: Galicia

Es el establecimiento comercial más antiguo de Galicia. El primer escrito que hace referencia a la farmacia Couceiro de Betanzos data de 1719. Se trata de un pleito entre dos farmacéuticos de la época, enfrentados por un préstamo nunca devuelto. «En ese pleito consta que la farmacia estaba abierta en 1719, pero hay un dato que nos lleva a pensar que ya podía estar abierta a finales del 1600 porque en 1719 el farmacéutico que ejercía tenía 43 años, una edad muy avanzada para iniciar una profesión, y más en esa época. Por lógica, todo indica que a finales de 1600 esta farmacia ya estaba abierta», explica María Sánchez, la actual titular de la añeja farmacia.

El negocio siempre estuvo ubicado en el mismo lugar, en el número 8 de la calle Prateiros, perteneciendo a la misma familia. Por sus mostradores desfilaron nueve generaciones. «Se fue transmitiendo de padres a hijos, incluso hubo veces que tuvieron que estudiar farmacia como segunda carrera para poder continuar con la tradición», continúa María.

Su tatarabuelo, Fermín Couceiro Edreira, perteneció a la primera promoción de la Facultad de Farmacia de Santiago, en 1865. Ella heredó la botica cuando se retiraron las hermanas de su madre, en 2010, aunque ejerce como cotitular desde 1997.

Una vocación impuesta

«De pequeña, mi tía —la anterior titular, María Luisa Couceiro— siempre me decía "tú serás la próxima farmacéutica", hasta tal punto que acabé convencida de ello», relata María, al tiempo que confiesa que, por rebeldía, quiso estudiar una carrera «de letras» pero el día anterior al comienzo de curso modificó la matrícula «para estudiar ciencias y continuar con la tradición familiar». «Pensé en la continuidad de la farmacia, es como un pequeño museo. Mis tías no tenían hijos, y yo, que soy la mayor de mis hermanos, me lo tomé como una obligación», reconoce.

Sin embargo, lo que comenzó como una vocación impuesta se convirtió con el paso de los años en una auténtica pasión. «Ahora sí que disfruto. Realmente descubrí mi vocación estudiando».

En la farmacia Couceiro no hay ni expositores, ni escaparates que favorezcan la «venta por impulso». El establecimiento mantiene la decoración tradicional de finales de 1800. María apostó por mantener la estética de siglos anteriores, como si de un pequeño ultramarinos se tratase en el que se dispensa al cliente, únicamente, lo que necesita, «Aposté por esta estética sometiéndome a un gran sacrificio económico. En realidad, perdemos toda la venta de parafarmacia», explica la dueña. Pero en ello, precisamente, radica el encanto de la centenaria farmacia. En su estética pero también en sus productos. En la Couceiro elaboran artesanalmente desde tratamientos relacionados con la dermatología, para tratar la psoriasis o la dermatitis, hasta jarabes para bebés.

María heredó una farmacia y un laboratorio. Además de un negocio, heredó las recetas artesanales. El hermano de su abuela, Jesús Couceiro Núñez, registró una marca y desarrolló una pequeña industria en 1924 elaborando tratamientos a gran escala.

Continuidad asegurada

María Sánchez tiene tres hijos, y la mayor, de 11 años, ya tiene claro que será farmacéutica. «Sería una pena que no se conservarse esta farmacia. No quiero ni cerrarla, ni venderla», confiesa la titular. Pero todo apunta a que el futuro de la antigua farmacia continúa asegurado. La Couceiro es una farmacia tradicional que continúa siendo una botica 300 años después. Reclamo para turísticas que visitan la provincia, el pasado 2 de abril fue reconocida como el establecimiento comercial más antiguo de Galicia.

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